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Los grupos han tomado el poder en la sociedad consumista, amparados ideológicamente por la inteligencia capitalista y alimentados en la práctica por los operantes políticos. La consecuencia es que socialmente el individuo común, el único que debe contar en la base de una sociedad libre y verdaderamente abierta, ha entrado en proceso de franca decadencia y pende sobre él la amenaza de ser socialmente silenciado, para luego entrar en fase de liquidación como persona.
Lo que se observa es una nueva sociedad construida desde el mercado, bajo la protección de la política y la colaboración de los medios, asumida pacíficamente por las gentes de buena parte del mundo, donde se respira un cargado ambiente de falsas libertades. Auspiciada por los intereses del mercado y la política, hay que señalar que la doctrina capitalista ha trabajado de forma eficiente para transformar la sociedad, sin levantar sospechas.
Ojalá dejasen de abrirse las puertas por dinero, seguramente entonces tendríamos más asegurada la alianza con nuestro análogo. El movimiento social del “tanto tienes, tanto vales” está más vivo que nunca. Es una desgracia más, de difícil modificación de actitudes; ya que el otro movimiento, el educativo, está siempre en conflicto, cuando debiera transmitir distintos itinerarios, más pedagógicos con la realidad, de una ética permanente en su lenguaje, para que puedan ayudar eficazmente a crecer en espíritu solidario, sentido de responsabilidad y cuidados que nos hermanen
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