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Como era de esperar, ha pasado sin pena ni gloria la noticia de dos mujeres que se suicidaron en Barcelona horas antes de procederse a su desahucio judicial por impago de alquiler de su vivienda. Los medios generalistas han tratado la nueva como un suceso trágico sin mayor repercusión social. Tampoco se han registrado pronunciamientos al respecto de nadie con mayor o menor relieve público de responsabilidad política a cualquier escala territorial, ya sea local, autonómica o estatal.
Actualmente, uno de los temas más importantes es la salud mental, ya que la población mundial cada vez está más interesada en conocer las causas que generan tantas enfermedades mentales hoy en día. La salud mental consiste en ser un estado donde el bienestar mental permita que un individuo pueda hacer frente a situaciones de estrés de la cotidianidad, logrando así un mayor desarrollo en todas las áreas de la vida.
Las atenciones en salud mental se han disparado desde la pandemia, también por conducta suicida. En el Hospital San Juan de Dios de Lleida, las desviaciones a Urgencias del Hospital Santa María por conductas suicidas en niños y adolescentes se han multiplicado por cuatro de promedio. Si antes de la covid se atendían entre uno y dos casos a la semana, ahora son entre uno y dos casos al día” (Redacción de Segre).
De acuerdo con los últimos datos del INE, en 2021, 4.003 familias han perdido a un ser querido a causa del suicidio en España, lo que supone una media de 11 fallecidos al día, 1 cada 2 horas, de los cuales 1.021 han sido mujeres (25,5%) y 2.982 hombres (74,5%). El suicidio se ha mantenido como la primera causa de muerte externa, con un incremento del 1,6% con respecto a 2020, y ya duplica a las muertes por accidentes de tráfico, que en 2021 ascendieron a 1.599.
El problema de los suicidios se encuentra en la debilidad humana. Esta impotencia no es exclusiva de los niños y adolescentes que intentan, o se quitan la vida, debido al acoso sistemático al que los someten sus compañeros. Las presiones que se convierten en pesadas cargas, además del educativo se dan en el ámbito laboral: banca, industria, comercio, servicios, televisión, música, teatro… Nunca son suficientes los beneficios. Cada año se tienen que incrementar.
No soy experto en salud mental. Por lo tanto no me corresponde inmiscuirme en el terreno de los profesionales de la salud. Si no me equivoco, sicólogos y psiquiatras tratan el suicidio desde la fisiología, es decir, de acuerdo a las leyes que actúan en los órganos y tejidos del cuerpo humano.
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