| ||||||||||||||||||||||
Los tiroteos en escuelas son manifestaciones recurrentes de una patología social: la normalización y aceptación de actos de violencia y muerte sin sentido. En un nuevo caso de esta enfermedad, que parece estar en constante propagación, dos estudiantes de 14 años y dos docentes murieron y otras nueve personas resultaron heridas en un tiroteo masivo ocurrido en la escuela secundaria Apalachee, ubicada en la ciudad de Winder, en el estado de Georgia.
Dos juicios significativos se desarrollaron esta semana en Estados Unidos, ambos como resultado de la obsesión estadounidense por las armas de fuego. En uno de ellos, que se llevó a cabo en el estado de Florida, los miembros del jurado recomendaron que Nikolas Cruz fuera sentenciado a cadena perpetua sin libertad condicional. Cruz asesinó a 17 estudiantes y miembros del personal de una escuela secundaria el Día de San Valentín de 2018.
Los tiroteos masivos, de una manera oscura y distópica, son tan estadounidenses como el pastel de manzana. Quedó dolorosamente claro el pasado 4 de julio en Highland Park, un suburbio de Chicago en el estado de Illinois, cuando un hombre armado abrió fuego contra cientos de personas que asistían al desfile anual en celebración del Día de la Independencia de Estados Unidos. Cuando el tiroteo cesó, seis personas yacían muertas junto a otras 30 que habían resultado heridas.
Para intentar comprender el problema que representan las armas en Estados Unidos y por extensión la violencia infantil y adolescente que desgraciadamente crece exponencialmente, deberíamos prestar atención a las palabras que pronunció la madre del joven que provocó la mortalidad en el colegio de Uvalde: “No lo juzguemos, mi hijo tenía sus razones”.
Los Estados Unidos son para muchas personas uno de los países más seguros del mundo o al parecer lo era hasta hace algunos años. Puedo decir que hoy la tan reconocida seguridad estadounidense se encuentra amenazada. Más de 250 tiroteos masivos se encuentran registrados en los archivos de violencia de armas durante el transcurso del presente año en diversos estados y ciudades del país.
En el Día de San Valentín solemos dar flores y cajas de chocolates en forma de corazón a las personas que amamos. Sin embargo, para Manuel “Manny” Oliver ese día tiene connotaciones diferentes. Su hijo Joaquín, de 17 años, fue asesinado a tiros el Día de San Valentín de 2018 en la escuela secundaria Marjory Stoneman Douglas de la ciudad de Parkland, en el estado de Florida.
Sabemos que Estados Unidos está superando la pandemia de COVID-19 cuando el ritmo de los tiroteos masivos en el país vuelve a la “normalidad”. Hasta el 2 de junio se han registrado 244 tiroteos masivos en Estados Unidos en 2021. Esa cifra representa entre uno y dos tiroteos por día.
Estas son solo algunas de las masacres más notorias, cada una de ellas rodeadas en su tiempo por un número incontable de otros tiroteos, con saldos de tres, cuatro o cinco muertos. También vidas perdidas en actos de violencia, pero que no dejaron la cantidad de cadáveres suficientes para integrar la lista de los tiroteos masivos ocurridos en Estados Unidos. Todas estas matanzas se perpetraron con poderosas armas de fuego semiautomáticas, casi todas ellas armas de asalto. Es por eso que necesitamos con urgencia una prohibición federal de este tipo de armas en Estados Unidos.
|