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Sumido en el contexto de estos días y de estos meses, extraigo del fondo de la memoria la reminiscencia de una frase inquietante del gran Francisco Umbral: “Qué triste le pone siempre a uno la alegría de los tontos, en el manicomio como en el fútbol o en la tele”. No entro en la trama o situación que dio lugar a semejante afirmación, pero me resulta ilustrativa de la España que, últimamente, nos cobija.
Ahora toca agachar la cabeza y obedecer sin pensar. De este modo se generó el “Sanchismo Español”…, olía a totalitarismo sudaca, amañado y adaptado a las circunstancias “ibéricas”…, femenino, masculino, neutro, bisexual y poco más…, los principios éticos desaparecieron, ahora valen lo que “vale una misa”.
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