A pesar del alto impacto que tiene la desnutrición en la calidad de vida de los pacientes, en la actualidad se trata de un problema infradiagnosticado en España, así por ejemplo no suele registrarse en los informes de alta médica de manera específica, incluso cuando sí ha sido detectado.
Es por ello que resulta fundamental concienciar a los profesionales implicados en la atención a los pacientes en la prevención y detección de pacientes de riesgo. En el marco del X Congreso Nacional de Atención Sanitaria al Paciente Crónico, organizado conjuntamente por la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI) y la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (semFYC), se ha abordado la detección transversal de la desnutrición en los distintos niveles asistenciales con el objetivo de dotar a los profesionales sanitarios de las herramientas que les permitan conocer los recursos disponibles en la detección, diagnóstico, tratamiento integral y toma de decisiones en materia de desnutrición.
Tal y como explica la Dra. Juana Carretero, secretaria general de la SEMI y ponente de este taller, “en cada nivel asistencial deben existir protocolos de actuación, test de valoración del riesgo, valoración de la ingesta, qué come el paciente y dónde come, quien compra y hace la comida, detección de la disfagia, etc. Y una vez que el paciente está en el hospital, tener un seguimiento y control que evite que sufra desnutrición derivada de las actuaciones médicas”.
Cerca de uno de cada cuatro pacientes ingresados en el hospital (el 24%) sufre desnutrición y entre el 40 y el 70% está en riesgo nutricional, según datos del estudio Predyces. Por su parte, entre los pacientes ingresados en residencias de ancianos, en torno a la mitad está en riesgo de desarrollar desnutrición y el 25% presentan desnutrición establecida. En cuanto a la población general, la prevalencia del riesgo de desnutrición se sitúa en torno al 25% y la de desnutrición alrededor del 4.1%.
Estos datos dan una idea de la importancia de este problema, más teniendo en cuenta cómo afecta a la recuperación y tratamiento de los pacientes. “La desnutrición en el paciente hospitalizado dificulta la cicatrización de las heridas, aumenta las infecciones y complicaciones, como por ejemplo que el paciente tarde más tiempo en levantarse de la cama, con lo cual aumenta la mortalidad total, las necesidades de tratamiento (sueros, antibióticos, etc.) y los costes (estimado en un 50% más por paciente -6.000 euros-). Pero sobre todo, que un paciente se desnutra en el hospital o en una residencia de ancianos empeora su calidad de vida”, subraya la Dra. Carretero.
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