Somos emociones, de eso no cabe duda. Las emociones nos dan vida, hacen que nuestra existencia tenga mayor sentido y colorean cada una de nuestras experiencias. Sin embargo, muchas emociones nos llevan a lugares no deseados, es ahí dónde desarrollar el autocontrol es necesario.
Hace años vengo observando cómo algunas personas tienen éxito en sus relaciones y otras no, como algunas personas tienen éxito en sus empresas y otras no, en definitiva, qué hacen algunas personas para tener éxito cuando se relacionan con otras.
Estuve en una reunión hace un par de semanas, a la que asistió una persona que perdió el control un poco, gestualizó de una forma poco respetuosa y dijo algunas palabras con un tono más alto e irónico de lo habitual. Cuando esta persona salió de la sala de reuniones, todos se quedaron en silencio, y su jefe me dijo “ya sabes cómo es…”.
Me quedé bastante perplejo. Lo primero que pensé es “¿Porqué esta persona sigue en esta empresa?” Luego descubrí que la cultura de la empresa era bastante complaciente y que en aquel lugar no se despedía a nadie. Lo cierto es que por regla general se prescinde de estas personas, por su falta de autocontrol.
Pero da igual si estás en una empresa, en tu comunidad de vecinos o con tu pareja, si pierdes el control, si te dejas llevar por las emociones, estás literalmente fuera de juego, y a la mínima serás eliminado del partido. Lo he visto cientos de veces.
No se puede excusar a ninguna persona diciendo “ya sabes cómo es…”. Especialmente cuando con su comunicación está siendo un elemento disonante y tóxico en un grupo o en una relación. Sencillamente no es excusa. Uno/a se hace adulto y tiene la responsabilidad de relacionarse con los demás desde la madurez, tratando de llegar a puntos de acuerdo para conseguir objetivos. Es obvio que tienen que haber emociones en nuestras vidas ¡Qué sería de ellas sin emociones! Pero el principal problema viene cuando la expresión de esas emociones hace daño a otras personas.
Yo puedo expresar mi enfado siendo asertivo con otra persona “Lo que ha ocurrido este mes no quiero que vuelva a ocurrir, no nos conviene”. Pero también puedo dejarme llevar por mis emociones “¡Sois un p… desastre, cada día vais a peor!”.
La pérdida de control siempre se identifica por un comportamiento exagerado, porque después existe la necesidad de pedir perdón o acercarse a la persona/s que se ha herido y porque uno se queda bloqueado. Seres instintivos: Ocurre algo, sienten, actúan. Seres humanos: Ocurre algo, sienten, razonan, actúan.
Existe una pequeña diferencia, la razón. Siente las emociones, pero no te dejes llevar por algunas de ellas.
|