En ciernes la gira por locales de pequeño y mediano aforo que llevarán a cabo en la Comunidad de Madrid, así como por algunos que otros destinos allende esta, tuvieron a bien los protagonistas del magnífico proyecto musical experimentalista IAO, Carlos Miranda García (Carlos Malayo) y Adrián Herrero Hernández, ofrecer una premier en el taller de artes gráficas Capa Design, regentado por Marcos Carrillo, en la calle Almortas 17, en el castizo barrio de Tetuán.
Ante unas cuarenta personas Herrero y Miranda desplegaron un tul de envolvente melodía henchida esta de matices, claroscuros, texturas… fueron unos treintaicinco minutos de sinestésica emisión de sentimientos hechos sonoridad, ora armónica, ora desgarrada, y siempre profesada a flor de piel.
El concierto contaba con pasajes de muy varia intensidad que el dúo sincronizó a la perfección. Adrián Herrero aportaba la el contenido más armónico, extrayendo de las cuerdas de su guitarra notas tan fragantes como inauditas, haciéndolas vibrar al unísono con el estado desasosegado de su alma. Dibujante, asimismo, combina ambas facetas artístico-creativas y de vez en cuando tiene a bien dibujar lo abstracto del sentimiento con el lápiz de su púa cuando, como en el concierto que aquí referimos, puntea semblanzas de acústica conmoción con apasionada sutileza.
Al fondo de sonoridad y a la variatio melódica contribuía fundamentalmente Carlos Miranda, erigido bajo continuo barroco, o, mejor, ba-rock-o. Acreedor este de un saber musical enciclopédico, es, a la sazón, un buscador de lo melodioso en el cotidiano vivir, un John Cage de la Arganzuela siempre en pos del hallazgo sonoro más fascinante de entre los que transitan el tumultuoso día a día de la ciudad. Es un espíritu siempre permeable a las sonoridades más seductoras; un captor de lo fugaz-audible. Es un científico que refina el producto analógico más pedestre por las vías de la edificante digitalización en aras de la creación de… ¿cómo podríamos definir los trabajos musicales de Carlos Miranda en solitario?... Si las novelas de Unamuno eran “nivolas”, las canciones de Carlos pudieran ser “nicanciones”, no en vano el interfecto es un tipo escurridizo al que no es fácil clasificar, ni si quiera ver, pues pasa mucho tiempo desde que uno trata de citarse con él hasta que lo consigue, pues sus no-agendas son apretadísimas, apresado por la constante fascinación como acostumbra a estar.
Al fin, el concierto ofrecido por Adrián Herrero y Carlos (Malayo) Miranda para presentar su disco-proyecto IAO fue un momento para recordar, y eso que en este primer envite no hubo proyecciones visuales, cosa que sí ocurrirá en postreras escenificaciones.
Fue conmovedor (dicho esto en un sentido amplio) ver y oír un compendio de sentimientos, más que hilvanados o entreverados, ensamblados con estaño de fraternidad para conformar una unidad sonora y espiritual.
IAO -Nebiros -Acercamientos -Luna pálida de agosto -Heliópolis
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