Este material, que inaugura una nueva línea de informes breves llamada Working Papers, profundiza exhaustivamente en las partidas destinadas a gasto militar dentro de los Presupuestos Generales del Estado de 2018, más allá del propio Ministerio de Defensa, que este año aumenta en un 10,5% su presupuesto con respecto al año pasado, y considerando también partidas ocultas en otros ministerios.
El nuevo incremento previsto para el Ministerio de Defensa, que se destinará en su mayor parte a la adquisición de nuevos armamentos y a hacer frente a los pagos ya comprometidos de los Programas Especiales de Armamento (PEA)-que hasta el pasado año no constaban en los PGE-, viene a confirmar el esfuerzo ya anunciado por la ministra María Dolores de Cospedal de alcanzar un 2% del PIB en gasto militar para el año 2024.
Además de estas dos partidas, se incluyen en el análisis, las inversiones ordinarias para el mantenimiento de las Fuerzas Armadas (FAS), que pasan de 2.597 M€ en 2017 a 3.017 M€ en 2018, lo que representa un espectacular aumento del 42,3%, el coste de las operaciones militares en el exterior presupuestadas con 314 M€ y la partida de I+D militar, a la cual el año pasado se destinaron un total de 461,7 millones, que este año serán un 46% más hasta alcanzarlos 678 M€, así como otros indicadores que se exponen con detalle en los diferentes apartados del presente informe.
Además de reiterar, de nuevo, la falta de transparencia que persiste a la hora de declarar a cuánto asciende la partida inicial y final destinada en total al gasto militar, el informe ofrece indicadores y cifras que dibujan esta realidad y la compara con las políticas de gasto social de los últimos años, para partidas como la sanidad, la educación, las infraestructuras o la cultura, cuya carencia es la verdadera amenaza para la vida cotidiana de la población.
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