La otitis es el motivo de consulta más frecuente en Pediatría. Tiene una incidencia mayor del 80% en niños menores de 5 años. El pico máximo de afectación se sitúa entre los 6 y los 11 meses de edad. Más adelante, entre los 4 y 5 años, se observa un nuevo pico, aunque de menor magnitud.
Como explica el Dr. Bartolomé Scola, director de la Unidad de la Voz y Otorrinolaringología de Vithas Internacional, es necesario distinguir entre otitis externa y otitis media aguda. En el primer caso se trata de una infección del epitelio que recubre el conducto auditivo externo. Es típica de los meses de verano debido, principalmente, a los baños prolongados en piscinas o en el mar. En el segundo caso se produce una infección del oído medio mediante microorganismos que llegan desde la trompa de Eustaquio a través de una mucosa faríngea infectada. “En el caso de los niños la trompa de Eustaquio es ancha, corta, recta y horizontal, lo que facilita el paso de los microorganismos. Debido a ello, además de la mayor incidencia de patología rinofaríngea en la etapa infantil, es más frecuente a estas edades”.
El diagnóstico de la otitis media aguda se hace por la clínica. “Suele iniciarse a partir de una infección vírica del tracto respiratorio superior. Tras unos días del inicio de los síntomas del catarro aparece un cuadro de dolor de oído progresivo que, a menudo, se describe como pulsátil”, señala el especialista.
El paciente adulto suele referir hipoacusia y, con frecuencia, acúfenos. En el caso de los niños, lo habitual es que se quejen tan solo de dolor de oído. Simultáneamente se produce un aumento de la temperatura corporal. “Si el proceso continúa evolucionando, el dolor remite cuando la membrana se perfora y aparece entonces un drenaje de secreción purulenta. Permanecerá una cierta hipoacusia durante 2 o 3 semanas. En cualquier caso, el diagnóstico definitivo nos lo dará el examen otoscópico, lo que implica una buena visualización de la membrana timpánica”.
Tratamiento de la otitis media aguda El tratamiento de la otitis media aguda tiene por objetivo la esterilización de las secreciones, la mejoría sintomática del enfermo, evitar las complicaciones supurativas y la prevención del paso a la cronicidad.
“De entrada el paciente debe acudir al pediatra o médico de familia y este será el encargado de remitirlo al otorrinolaringólogo en caso de complicaciones o evolución no satisfactoria”, afirma el Dr. Scola, que añade: ”la mejor forma de evitar las complicaciones es seguir correctamente las instrucciones médicas en cuanto a la posología y duración de la medicación y consultar en caso de que no se produzca mejoría o se presente nueva sintomatología”.
Posibles causas del dolor de oído El dolo de oído puede originarse tanto en patología propiamente otológica, como en patología de zonas cercanas, en cuyo caso hablaríamos de otalgia refleja.
Como explica el Dr. Scola, “el dolor de oído reflejo de una afectación no otológica puede ser debido a la presencia de una patología dentaria, de la articulación temporo-mandibular, faríngea o laríngea”.
Ante un paciente con dolor de oído cuyo origen no pueda establecerse de forma clara, se recomienda la realización de una exploración otorrinolaringológica completa
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