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La combinación de altas temperaturas, mayor exposición al sol y alteraciones en los hábitos diarios aumenta la incidencia de ciertas enfermedades. Estos cambios, junto con el aumento de la actividad de insectos y la proliferación de bacterias, hacen que el verano sea una época propicia para la aparición de algunos problemas de salud determinados.
El verano es una época de diversión, descanso y de disfrutar de actividades acuáticas en la piscina y en la playa. Pero con este cambio de hábitos y con una mayor exposición al agua, llegan las temidas otitis externas, también conocidas como “oído del nadador”. Según explican los audiólogos de Aural, la red de centros auditivos expertos en audiología, la otitis externa se trata de una infección leve del canal auditivo externo producida por restos de agua.
Con la llegada del verano, los pequeños disfrutan de más actividades acuáticas, lo que aumenta el riesgo de infecciones de oído, conocidas como otitis. Entender las causas, tomar medidas preventivas y seguir los cuidados adecuados es fundamental para proteger la salud auditiva de los pequeños. Mantener los oídos secos, usar tapones protectores y evitar el uso de bastoncillos son prácticas esenciales para disfrutar de unas vacaciones sin molestias auditivas.
La otitis externa aguda, conocida popularmente como ‘otitis del bañista’ o ‘del nadador’, se convierte en verano en un motivo frecuente de consulta médica, sobre todo entre la población pediátrica, aunque también afecta a las personas adultas.
Agosto es el mes por excelencia de los planes de piscina, los baños en el mar, las excursiones al río. Durante estas semanas, la exposición al sol o el contacto con el agua se convierten en algo habitual para muchos. Todas estas rutinas, sin embargo, presentan algunos riesgos típicos para nuestros ojos y oídos, que conviene tener en consideración, por mucho que el cuidado del cabello y la piel sea lo que más nos preocupe en esta época.
El verano es época de estar al aire libre, nadar en la piscina, la playa, viajar en avión o disfrutar de otras actividades que pueden causar problema de audición, por ello, es importante prestar atención a nuestros oídos y conocer cuáles son los hábitos que debemos mantener durante esta temporada. La principal molestia auditiva se debe a la entrada de agua en los oídos. La concienciación sobre salud auditiva está siendo un aliado en la lucha contra estas afecciones.
Aunque el verano es la época más esperada, también se manifiesta como el período del año donde la salud auditiva se expone a un riesgo mayor. Darse un chapuzón en la playa o en la piscina o coger un avión para irse de vacaciones son actividades frecuentes durante el verano. Sin embargo, son también algunas de las principales situaciones que suponen un riesgo para la salud auditiva.
Ha llegado la temporada estival y con él una serie de circunstancias que producen que las enfermedades y molestias en los oídos aumenten. Estas se suelen originar a través de bacterias u hongos que se encuentran en el agua y que entran en contacto con el conducto auditivo al sumergir la cabeza durante un largo periodo de tiempo. La combinación de agua y calor favorece su aparición.
El verano es el peor enemigo de la otitis. Y es que, el calor, la humedad y los repetidos baños en playas y piscinas incrementan el riesgo de otitis externa. Las personas con sudoración excesiva como los deportistas, o los que pasan más tiempo en el agua, como los más pequeños, son los perfiles más vulnerables a esta enfermedad.
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