El invierno aumenta el riesgo de que los niños padezcan una otitis. Los cambios de temperatura ocasionados por el frío, así como el viento o la lluvia, suelen asociarse con una mayor producción de mocos en nariz y garganta, lo que puede llegar a causar dolor e infecciones en el oído medio, sobre todo, en el caso de los más pequeños. Por eso, la otitis media aguda es uno de los principales motivos por el que los niños acuden al médico durante los meses más fríos pues, según datos de la Asociación Española de Pediatría (AEP), más del 90% de los niños tiene un episodio de otitis media aguda antes de los cinco años.
![Pexels karolina grabowska 5206951](/images/showid2/7186645?w=1200&zc=4)
Los niños son más propensos a desarrollar este tipo de infecciones debido a la forma de sus oídos, que es diferente a la de los adultos. Mientras en los adultos, la trompa de Eustaquio se inclina hacia abajo alejándose del oído -lo que facilita el drenaje hacia la garganta del líquido del oído medio-, la trompa de Eustaquio de los pequeños es horizontal, por lo que el líquido no se drena con la misma facilidad. Este líquido con nutrientes es el caldo de cultivo perfecto para las bacterias, por eso los niños tienen muchas más probabilidades de sufrir infecciones de oído que los adultos.
El rango de edad con mayor incidencia para contraer infecciones de oído se sitúa entre los 6 y 18 primeros meses de vida[ii], edad que coincide a su vez con uno de los periodos más críticos en el desarrollo del lenguaje. Si un niño no puede oír correctamente durante este tiempo podrá tener problemas para aprender a escuchar, hablar e incluso leer. Sin embargo, si se trata de forma adecuada no se ocasionarán problemas de audición permanentes.
CINCO CLAVES PARA PREVENIR LA INFECCIÓN DE OÍDO:
1. Tratar enfermedades y alteraciones preexistentes, así como resfriados para evitar la acumulación de secreciones nasales en nariz y garganta.
2. Salir a la calle bien abrigado con bufanda y orejeras para evitar los cambios bruscos de temperatura.
3. Cuidar la higiene de los oídos. El uso de difusores de agua marina es lo más recomendable frente al uso de bastoncillos u otros objetos.
4. Mantenerlos secos. La humedad que se acumula en el oído, por la lluvia o tras la ducha, crea el ambiente perfecto para que las bacterias proliferen libremente. Evita el uso de bastoncillos, pero límpialos suavemente cada día para mantenerlos secos.
5. Vigilar la calidad del aire. Muchas infecciones están provocadas por los virus que se encuentran en el aire y, por tanto, también en nuestras casas. Por eso, ventilar las habitaciones donde más tiempo suele pasar la familia puede ser de gran utilidad.
Oír con una infección de oído
En palabras de Julio Rodrigo Dacosta, director general de MED-EL España y Portugal: “Los niños que contraen infecciones en el oído medio con regularidad deben acudir a un especialista otorrino para su valoración. Cuando una otitis alcanza un nivel avanzado, y causa pérdida auditiva en el paciente, es importante que el especialista valore la posibilidad de utilizar un dispositivo auditivo con el fin de que el desarrollo del lenguaje del niño no se vea afectado”.
En este contexto, la tecnología de ADHEAR de MED-EL ofrece solución a la pérdida auditiva conductiva sin necesidad de someterse a una cirugía, sin aplicar presión sobre la piel y con un manejo excepcionalmente sencillo. El procesador de audio capta las ondas del sonido, las convierte en vibraciones y las transmite al hueso a través de un avanzado adaptador adhesivo situado detrás de la oreja. A partir de ahí, el hueso transfiere las vibraciones, a través del cráneo, al oído interno donde son percibidas como un sonido normal.
“Esta tecnología abre todo un espectro de posibilidades de tratamiento y nos permite ayudar a superar las barreras de comunicación de muchas personas. Además, es un solución cómoda de llevar y fácil de utilizar para todas las edades”, concluye Julio Rodrigo Dacosta.
|