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Tertulia literaria, cuento y chascarrillos

“Cuando salí de la política, dije ahora es el momento”
José Luis Heras Celemín
lunes, 15 de octubre de 2018, 08:31 h (CET)

O, como establece el diccionario: Reunión de personas que se juntan habitualmente para conversar o recrearse (tertulia). Relato, generalmente indiscreto, de un suceso (cuento). Y cuentos breves, anécdotas, frases de sentido equívoco y gracioso (chascarrillo).


Este relato se refiere a la tertulia Hera&Partners que tuvo lugar el miércoles convertida en velada literaria. Vayamos con el cuento, pues, citando lugares y dejando la detección de chascarrillos (los hay) a la sagacidad de cada uno.


Cruce del Paseo de la Castellana. Estatua de Castelar, orador en plaza. Seguridad a la vista, quizá también oculta, en la embajada USA. Subida por la calle del General Oraá, ‘Abuelo’ para los suyos y ‘Lobo Cano’ de carlistas. Autobuses con números invertidos, 61 y 16, de subidas y bajadas, idas y venidas. Bordeo de tapia de embajada por la calle de los hijos de Pepe Domínguez Bécquer. Contraste entre los románticos hermanos Bécquer y el domicilio que fue de la viuda de Franco. Barrio de Salamanca. Hoteles dispares, El Alcázar, con eco militar; y Los Galgos, escenario de batallas sociales y lides políticas separadas o revueltas. Terrazas y cafeterías. Paseo y tráfico. Perros con collar. Portalón de entrada noble. Timbre con visor. Saludos y ambiente cálidos. Joyita que atrae en pared. Verdejo frío servido en copa alta. 

Bandejas para picoteo con delicias. Uvas con queso, que saben a beso. Y aviso: La invitada es Irene Lozano y viene a hablar de su novela ‘Si sufrir fuera sencillo”. Hoy la tertulia es literaria.


No hubo comentarios antes de llegar Lozano, aunque era noticia y en la prensa había cuentos obre ella: ‘El Gobierno da un giro a Marca España y coloca a Irene Lozano al frente. La exdiputada del PSOE y de UPyD relevará al empresario Carlos Espinosa de los Monteros’, publicaba El País. ‘Sánchez recupera otra vez a la ex diputada Irene Lozano para que dirija la Marca España’ titulaba El Mundo, con otro estilo y rompiendo a la exdiputada para hacerla ex diputada (¡Vaya empeño!). ‘La Secretaría de Estado de Lozano para la Marca España: 110.000 euros y coche oficial’, aireaba desairando El Confidencial. Sólo apareció un tímido buceo en las sinrazones para cambiar la asentada Marca España por una desconocida España Global. Con apunte de conjetura: En Global, como en cajón de sastre, caben sensibilidades varias; de etiología conocida unas, vasco-catalanas; y desconocidas otras.


“Cuando salí de la política, dije ahora es el momento”, comenzó Lozano tras ser presentada; después de matizar su situación con la propuesta de nombramiento para el cargo anunciado por la prensa. A continuación, en rol de escritora, plática. De autora de primera novela tras algún ensayo: “Tenía la historia en la cabeza. El protagonista está copiado de un piloto de Hiroshima. Quería que lo condenaran porque no asumía los ciento y pico mil muertos del desastre nuclear...  Tenía el personaje, la historia y el abandono que le fuerza a ver a quién ama... Reunión de los dos protagonistas en la Base de Rota. Ambiente militar y circunstancias extravagantes... Contado como historia de amor, como historia de culpa y abandono”. Unos apuntes filosóficos para entrar en la técnica de novelar: “En narrativa hay que contar las cosas a través de los personajes. Trama, con sutileza. Trama emocional. Límites de la responsabilidad moral... Pilotos en acción bélica, pero con reacción después que exige tratamiento psicológico... Todo lo cura el amor... Contribuyó a matar a cien mil personas y quiere explicar que él no es el responsable. ¿El amor lo cura todo?. Puede pero es una de las cosas por las que la vida merece la pena”. Ha escrito la novela siete veces, una detrás de otra e incorporando lo madurado en cada una. Referencia a los tipos de amor en El Banquete de Platón: Eros, filía y ágape. Tres etapas de sentimiento. Y final con máxima amatoria que no rehuye la sentencia: “Aceptar los defectos mutuos, y que el vínculo amoroso es para siempre”.


Después, la tertulia. Conversación general con recreo y pizcas de curiosidad: Profesionalidad en el Ejército. La guerra del futuro. Uso del dron con reconocimiento facial preciso. Rastro de responsabilidad moral para quien ha hecho el programa bélico y para quien programa el dron. Quién ha escrito la novela. Rutina al escribir, madrugando, de seis y media a diez de la mañana. Que el que lea la novela entre en el ambiente y se crea lo que lee.


Ojeo y hojeo de ejemplares del libro. Dedicatorias con firma. Y fin formal del formal periodo de Tertulia, cuando la autora se va.


Pero la reunión de personas sigue, para conversar o recrearse (tertulia). Con un relato, generalmente indiscreto, de un suceso (tras otro). Cuentos breves, anécdotas, frases de sentido equívoco y gracioso. Chascarrillos. Que comienzan con la movida política y económica en Correos, que siguen entre las cribas, harneros y cedazos en RTVE y otros entes. Entes públicos, a punto de convertirse en mezcla de botín electoral y derecho de pernada, cartera o canonjía. Inteligencias sin memeces. Nombres. Silencio elocuente. Y un adiós lúcido.


Después, paseo. Hacia el Paseo de la Castellana. Y otro chascarrillo: Una señora (o parecido) está mirando la estatua de don Emilio (Castelar) y busca conversación, o algo distinto, con una pregunta: ¿Ese señor qué hacía?.

Tras la tertulia, se podía pensar en contestar. Y contestar. 

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