Los pilotos y el personal de cabina de las aerolíneas europeas están sufriendo un elevado nivel de fatiga, incompatible con la seguridad en las operaciones, según un estudio llevado a cabo en nombre de la Agencia Europea de la Seguridad Aérea (EASA). Las normas que regulan el tiempo de trabajo de los pilotos y demás tripulantes de aviones, según concluye este trabajo, deberán ser revisadas porque no permiten un descanso normal del cuerpo.
El estudio se hizo en 24 aerolíneas europeas y muestra que los vuelos nocturnos y los planes de trabajo anormales provocan graves problemas de fatiga. La encuesta a 15.680 pilotos identificó algunos puntos delicados que exigen un estudio más cuidadoso. Entre ellos están los turnos nocturnos. Las normas en vigor permiten turnos nocturnos de 11 horas y hasta 12 horas y 45 minutos para una salida tarde por la tarde, sin interrupciones. Parecía obvio que estos turnos provocan fatiga, pero se ha demostrado ahora.
Esto es especialmente serio en los vuelos de largo radio, porque esos turnos suponen tener o no otra tripulación a bordo del avión, con los costes añadidos que implica.
Otro asunto que causa fatiga son los llamados turnos complicados, que afectan a los vuelos de corto radio. Estos turnos empiezan pronto por la mañana o terminan muy tarde por la noche. El enlace entre estos turnos provoca serios problemas de fatiga porque alteran “el reloj humano” y su ritmo de descanso. Los responsables del estudio indican que el cuerpo necesita ciertas horas para descansar y esos cambios provocan gran fatiga. “Muchos pilotos operan estos turnos día sí, día no, generando inseguridad”, señaló Jon Horne.
Además, el estudio ratifica datos conocidos como seguir estrictamente las normas en vigor, que se encuentran en el mejor de los casos en el límite. Los turnos complicados (inicio demasiado pronto o final demasiado tarde) no deberían sucederse más de dos o tres consecutivos.
La London School of Economics, en un estudio de 2016, había detectado que “la mitad de los pilotos de aerolíneas dicen sufrir de fatiga que puede poner en peligro la seguridad del avión”. Esto afecta a seis de cada diez pilotos, cifra extremadamente alta. Sólo dos de cada diez pilotos dice que su compañía se toma en serio estos problemas.
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