En países de África, América y Asia, mujeres y hombres generalmente tienen roles muy diferentes en las actividades de agua y saneamiento, contrastes que son particularmente pronunciados en las zonas rurales. La mayoría de las mujeres son las usuarias, proveedoras y administradoras de agua en las familias rurales, además de ser las guardianas de la higiene del hogar. “Si un sistema de agua se rompe, las mujeres, y no los hombres, serán las más afectadas, ya que tendrán que hacer viajes más largos por el agua o utilizar otros medios para satisfacer las necesidades de agua y saneamiento”, asegura Pablo Alcalde, responsable de agua y saneamiento de Acción contra el Hambre. Mujeres y niñas que pasan la mayor parte del día realizando tareas domésticas y que son las responsables del agua, caminando largas distancias para conseguirla y transportarla.
Asimismo, son más vulnerables a los abusos y ataques mientras realizan estas travesías, o cuando necesitan alejarse porque no cuentan con las instalaciones de saneamiento adecuadas. Las mujeres necesitan la privacidad y seguridad de las letrinas para evitar defecar a la intemperie o tener que esperar hasta la noche para aliviarse, para evitar ser atacadas y para poder tener una higiene íntima. “Además es necesario que reciban formación en higiene para preservar su salud. Millones de ellas todavía no la tienen debido a la falta de recursos y a los tabúes culturales que no tienen en cuenta la feminidad y la menstruación”.
Mejores administradoras del agua Las mujeres y las niñas son las responsables del abastecimiento de agua en 8 de cada 10 familias que no cuentan con agua en su vivienda. La reducción de población con un acceso limitado a agua potable tendría un gran impacto sobre ellas. “Una mayor igualdad de género es clave para una gestión equitativa y sostenible del agua. Aquellos proyectos de agua, saneamiento e higiene sensibles al género llevan a una mayor equidad y eficiencia para todos los miembros de las comunidades más vulnerables. Como administradoras y cuidadoras principales del agua, su participación en las actividades de agua y saneamiento es fundamental”.
“Las mujeres tienen una fuerte motivación para apropiarse y mantener las instalaciones de agua mejoradas y convenientemente ubicadas, ya que a menudo son las que pasan más tiempo consiguiendo agua. Por lo tanto, las mujeres y las niñas tienden a beneficiarse más cuando la calidad y cantidad del agua mejora”, afirma Pablo Alcalde. “Realizando viajes más cortos pueden contar con más tiempo para llevar a cabo actividades generadoras de ingresos y pueden pasar más tiempo en la escuela”.
Debido a su rol activo y establecido desde hace mucho tiempo, las mujeres poseen un gran conocimiento sobre las fuentes de agua, su calidad y confiabilidad, y cualquier restricción para su uso, convirtiéndose así en protagonistas clave en la puesta en práctica de comportamientos de higiene mejorados.
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