En este sentido tiene razón el ministro Borrell al decir que España no va a pedir disculpas por hechos que sucedieron hace quinientos años. Que López Obrador hable en su carta de los abusos hechos durante la conquista por los españoles es como poner de manifiesto algo que también ha sucedido con otros imperios que han realizado conquistas a lo largo de la historia.
Lo que no dice en la carta, según creo, ya que no se sabe el contenido íntegro de la misma, es que los mexicas hicieron más de 136.000 sacrificios humanos con otros indios de México. Hernán Cortés se opuso radicalmente a estas prácticas de canibalismo y de guerras feroces y duro sometimiento. Varios historiadores de México y de España rechazan totalmente los argumentos del presidente de México.
Una cosa es la educación nacionalista del máximo mandatario de este gran país y otra muy distinta es querer cambiar las consecuencias de un proceso de conquista en la que también participaron otros países hace varios siglos. No todos los mexicanos descienden de los mexicas aunque así lo afirmen libros de texto escolares de México, con los que se educó López Obrador, según indica el historiador Alfredo Ávila.
Además también el catedrático de Historia Moderna de la UNED y miembro de la Real Academia de la Historia Carlos Martínez Shaw viene a decir que la conquista militar de México causó, como no podía ser de otra manera, muchos sufrimientos y muertes «con todos los daños que eso supone». Pero insiste en que también hubo momentos de convivencia y no solo de resistencia en los tres siglos de sometimiento a España.
Incluso cabe decir que en la conquista de México por parte de Hernán Cortés con sus 400 o 500 soldados se logró la victoria fundamentalmente por medio de los grupos indígenas aliados de Cortés para poder establecer su autoridad sobre más de 100.000 guerreros mexicas. Como bien dice Martín Ríos «Esos grupos incluso revindicaron su papel en la conquista para obtener privilegios por parte de la Corona». Incluso hubo miles de indígenas que acompañaron a los soldados españoles en posteriores conquistas en Centroamérica.
Un dato a favor de López Obrador es que en su carta pide disculpas por la represión hacia los indígenas tras la independencia mexicana en 1821. Los desencuentros, culpas, reproches y rencores ya han desparecido hace mucho tiempo y no hace falta que se lo recuerde al Rey y al Papa en su carta. Afirma López Obrador que no va a proceder de manera legal por los agravios sufridos ni va a pedir un resarcimiento del daño económico, lo que es lógico.
Lo que no me parece correcto es que las autoridades mexicanas elaboren un pliego de delitos para mostrarlos ante el Reino de España este mismo año. Y la pretensión de marcar el 21 de septiembre de 2021 como día de la reconciliación histórica es, en mi opinión, una falta de respeto a España y a las más altas autoridades del Estado.
Se debe partir de la idea de Hispanidad. España y los países hispanoamericanos estamos unidos por una misma lengua que hablan unos 600 millones de personas. Formamos un espacio cultural enorme con unas potencialidades increíbles que nos hacen ver el presente y el futuro con optimismo.
México es un gran país con más de 133 millones de habitantes. Es una nación maravillosa que ha recibido con los brazos abiertos a filósofos exiliados como José Gaos, Eduardo Nicol, María Zambrano, Adolfo Sánchez Vázquez, etcétera.
De lo que se trata es de intensificar la colaboración cultural y económica a todos los niveles entre México y España y también con los otros países latinoamericanos. Existen numerosos españoles viviendo en Hispanoamérica y también muchísimas personas mexicanas y de otras nacionalidades que residen y trabajan en el territorio español.
Las costumbres de los indios y su cultura tienen que ser promovidas y respetadas. Esto no supone que no sea posible una convivencia armoniosa y provechosa en todos los aspectos. La interculturalidad y la diversidad cultural son una base que enriquece la existencia siempre que se parta del respeto a las discrepancias y a la libertad de expresión. España está más volcada a América por compartir una lengua común.
Creo en las sociedades estructuradas y maduras, donde la familia es la estructura básica de la sociedad. La familia es importante, pero siempre tendrá la importancia que los poderes públicos quieran darle. La familia es la célula fundamental de la sociedad y el entorno en el que se desarrollan, aprenden y forman los que primero son niños y luego llegan a ser los ciudadanos que a su vez formarán la sociedad.
Que para eso ha sido convocado. Sí, ya está ahí, y Sánchez será salvado por la campanada del Congreso sociata de Sevilla que va a ser el milagroso resucitar de una mudanza anunciada en los últimos días, semanas, meses y más de un año, o cinco. Nada menos que un Congreso Federal socialista, y además, en Sevilla; ahí es nada; el no va más, ni menos.
En el ámbito del cuidador familiar, las mujeres suelen asumir un papel protagónico, hijas, esposas, hermanas, rara vez nueras, cargan con la responsabilidad de cuidar a sus seres queridos mayores, especialmente cuando estos sufren enfermedades como Alzheimer y otras demencias.