Próximamente tendrá lugar en Roma una manifestación convocada por el partido Forza Nuova, representante de la extrema derecha italiana y caracterizado por su comportamiento neofascista. Esta formación política hace gala de su doctrina ultranacionalista significada por un fuerte conservadurismo social. Ellos reivindican el Tratado de Letrán firmado en 1929 por Mussolini.
Se van a concentrar frente al asentamiento gitano de Via Salviati y han pedido a la población que se manifieste bajo el eslogan: “Cerremos el campamento gitano de inmediato”. Los habitantes del campamento tienen miedo porque esta formación política[JdD1] es violenta y fomenta los actos de fuerza contra los gitanos. Y para protegerse, ¡pobres ignorantes!, le han pedido ayuda al Ministro del Interior Italiano Matteo Salvini. Es tanto como pedir a la zorra que proteja al gallinero. Y lo han hecho cuando ayer, el vicepresidente del Gobierno italiano y líder de la Liga Norte se ha entrevistado con el primer ministro de Hungría, Viktor Orbán, otro racista confeso a quien el Partido Popular ha suspendido de militancia.
Pronto habrá elecciones al Parlamento Europeo
Las elecciones al Parlamento Europeo están a la vuelta de la esquina y durante estos días se recrudecerán los ataques contra los gitanos y los inmigrantes en general. Salvini, cuyo liderazgo nadie pone en duda a la hora de combatir la entrada en la Unión Europea de ciudadanos pertenecientes a terceros países, ha escogido para entrevistarse con Orbán las alambradas de Roeszke que separan a Hungría de Serbia. Solo les faltaba la imagen de su amiga y correligionaria Marine Le Pen para que el trio representativo de la xenofobia estuviera al completo.
Me dan pena los gitanos italianos porque saben que tienen todas las de perder. Por eso, Dijana Pavloviv, líder del Movimento Kethane, pide a Salvini no que suspenda la manifestación racista sino que diga a los manifestantes que no se acerquen al campamento. Que mantengan “una distancia necesaria y suficiente para que la manifestación de intolerancia y violencia se lleve a cabo sin que haya daños personales ni materiales.” En el comunicado que ha hecho público esta organización gitana se le advierte al ministro de los graves ataques que están padeciendo por parte de “esta misma fuerza política junto con otras de carácter fascista” Y señalan con horror que “los actos violentos hacia los gitanos van desde la violencia física... hasta pisotear el pan destinado a las familias y las amenazas de muerte dirigidas a los niños acogidos en el centro son muy frequentes.“
Los denunciantes de esta terrible situación son conscientes de que estas manifestaciones “fomentan el odio libre y perturban gravemente el orden público creando en los menores el temor de padecer lesiones psicológicas graves.” Me enternece, por no decir que me sorprende, la candidez con que estos gitanos le piden al ministro Salvini, “que la anunciada manifestación se lleve a cabo de manera pacífica, sin lesiones ni amenazas para las personas, sin dañar las cosas, garantizando el orden público y la seguridad de todos los ciudadanos.”
¡Que Dios os oiga, hermanos gitanos italianos, porque hoy ni siquiera tenemos abierto el Parlamento Europeo para levantar allí nuestra voz en defensa al derecho a la libertad y a la vida!
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