Si bien la nomofobia es un problema que se asocia al estrés tecnológico de los más jóvenes, el dato también es revelador en los mayores de 65 años puesto que el 40% de ellos lo sufren o lo han sufrido en algún momento.
Un estudio elaborado por Nascia, especialistas en el tratamiento del estrés con biofeedback, refleja la realidad de muchas personas que han llegado a la tercera edad y la dificultad que les provoca tener que lidiar con las nuevas tecnologías hasta el punto de provocarles estrés por la falta de adaptación.
Y es que los consultados indican cuáles son sus ‘enemigos’ al hablar de los smartphones, tablets o Smart tv. El resultado es abrumador: el 75% de los motivos que les llevan al estrés es el uso de las aplicaciones de mensajería instantánea y los problemas a la hora de actualizar aplicaciones y dispositivos.
Para un 47% el responder en tiempo real a varias conversaciones de whatsapp o telegram supone un estrés adicional y no son capaces de llevarlas a cabo. El 62% de los que sufren este estrés suelen dejar olvidadas algunas conversaciones que retoman horas o días después por requerimiento del otro ‘interlocutor’.
Otro de los problemas que recoge Nascia en su informe y que causa el estrés tecnológico en adultos es el de las actualizaciones de propias aplicaciones o sistema operativo. La mayoría desconoce que pueden actualizarse en un segundo plano y que no es necesario hacerlo manualmente, por lo que se encuentran en muchos casos dispositivos y aplicaciones sin actualizar.
El 63% reconoce no llevar al día las actualizaciones tanto de aplicaciones como de software y que sus problemas los resuelven sus hijos o sus nietos cuando tienen ocasión. El estrés se lo produce el hecho de que muchas de estas aplicaciones no actualizadas no funcionan por la versión del sistema operativo o porque simplemente es una actualización importante para el propio funcionamiento de la app.
No poder utilizar la mensajería instantánea, no poder acceder a las app de noticias para estar informados o simplemente no poder acceder a su correo electrónico les genera frustración y el no poder resolverlo les provoca estrés.
Finalmente, los factores que hacen más difícil la integración tecnológica en los mayores de 65 años son su rápido desarrollo y la dificultad de adaptación a determinadas edades en cuestiones relacionadas con la tecnología.
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