El fútbol español perdió este sábado a uno de sus mejores talentos precoces con el trágico fallecimiento de José Antonio Reyes a los 35 años de edad, un jugador que emergió pronto, pero al que le faltó continuidad para poder despuntado aún más.
Nacido en septiembre del 83, el de Utrera compartió generación con otros futbolistas de renombre como Andrés Iniesta y Fernando Torres, un año más jóvenes, pero con los que brilló en las categorías inferiores de la selección y a los que no pudo acompañar, por cierta falta de continuidad en lo asomaba su talento, en los éxitos de la Absoluta.
"Uno de los canteranos más valiosos del club". Así reflejó el Sevilla, el club que le vio nacer y su gran trampolín, al extremo izquierdo, el jugador más joven en debutar con la elástica sevillista. Sólo contaba con 16 años cuando hizo acto de aparición en el panorama nacional en un equipo que estaba abocado a vivir el drama del descenso a la Segunda División.
Ese año en el infierno apenas lo vivió, pero cuando ascendió el Sevilla, Joaquín Caparrós ya le dio la alternativa y Reyes no defraudó, mostrando su desborde y el pincel que tenía en su pierna izquierda. Pronto, su 'duende' no pasó desapercibido y el Arsenal de Arsène Wenger, vivero de jóvenes futbolistas, se lo llevó para jugar con figuras como Thierry Henry, Denis Bergkamp, Patrick Vieira o Gilberto Silva y con el que ganó una Premier, una FA Cup y una Supercopa.
Al utrerano le costó adaptarse al fútbol inglés y al país. Acostumbrado al sol andaluz, el clima frío de la capital inglesa también le lastró y nunca pudo mostrar sus verdaderas virtudes ni ser indiscutible para el técnico alsaciano, aunque pudo saborear una final de la Liga de Campeones, la de 2005-2006, perdida ante el FC Barcelona y en la que sólo pudo jugar apenas cinco minutos. Ya entonces
El equipo inglés decidió cederle al Real Madrid a la temporada siguiente y el andaluz tampoco terminó de rendir, aunque al menos se coronó campeón de Liga en 2007 y siendo clave. El conjunto blanco remontó la distancia con el FC Barcelona y se lo jugaba todo en la última jornada contra el Mallorca.
Varela adelantó en el Bernabéu a los bermellones y se lesionaron Van Nistelrooy y Beckham. Reyes entró por el inglés y empató un partido que no pintaba bien. Diarra volteó el marcador y el utrerano sentenció con un latigazo con su privilegiada zurda desde fuera de la frontal para dejar el título en Concha Espina.
No le valió para quedarse y comenzó un viaje de ida y vuelta entre la capital, en las filas del Atlético, y el Benfica. Quique Sánchez Flores recuperó una buena versión y logró que convenciera a una afición que no le perdonaba su pasado madridista. Ganó la Liga Europa y la Supercopa de Europa en 2010 y fue temporada y media más colchonero antes de volver a casa, a su Sevilla, en enero de 2012.
Ya no era el mismo jugador que se había marchado, pero aún tuvo tiempo de saborear títulos con el equipo que le vio nacer, dos de las tres Ligas Europas consecutivas. En las dos primeras (2014 y 2015) fue titular, y en la tercera, que también le pertenece, ya no estaba en Nervión porque se había marchado al Espanyol para iniciar ya una cuesta abajo en su carrera. El Córdoba, el fútbol chino (Xinjiang Tianshan) y el Extremadura fueron los últimos clubes de un futbolista al que el brillo pudo deslumbrar a su talento.
También gozó José Antonio Reyes de una carrera internacional. Campeón de Europa Sub-19 en 2002, debutó en septiembre de 2003 de la mano precisamente de su seleccionador de ese éxito, Iñaki Sáez, y el mismo día que Fernando Torres.
El de Fuenlabrada sí fue a la Eurocopa de 2004, pero tuvo que esperar al Mundial de Alemania de 2006 con Luis Aragonés, con el que dejó la recordada imagen y que tanta polémica generó antes de un amistoso contra Inglaterra cuando en un entrenamiento le motivó diciéndole que era "mejor que el negro", en referencia a Thierry Henry. Tras el revés en aquella Copa del Mundo, ya sólo vistió una vez más la 'Roja', con la que jugó 21 partidos y marcó cuatro goles.
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