La selecciones de Uruguay y Japón se repartieron anoche dos puntos tras el empate a dos en el partido celebrado la pasada madrugada en Arena do Gremio de Portoalegre, lo que impide a los sudamericanos tener ya el billete para acceder a los cuartos de final de la Copa América que se está disputando actualmente en tierras brasileñas.
Japón, que acabó goleada por cuatro goles a cero en el primer partido del campeonato frente a Chile, consiguió superar la adversidad y plantar cara a una de las favoritas para lograr el título continental. De hecho, en la sección casa de apuestas de Wincomparator, los favoritos eran los sudamericanos. A pesar de que los nipones han acudido a la cita con una selección 'B', repleta de jóvenes promesas y de jugadores de la liga doméstica, dio una gran imagen anoche, poniéndose por delante en el marcador hasta en dos ocasiones gracias al doblete del joven mediapunta japones Koji Miyoshi, que actualmente juega en el Yokohama Marinos de la J League.
El técnico Óscar Tabárez confió en los jugadores más importantes de la plantilla y no dio lugar a las rotaciones pensando en la próxima fase, ya que únicamente entró en el once titular el mediocentro del Arsenal Lucas Torreira por Matías Vecino.
El veterano técnico de Montevideo ha logrado conformar un bloque de jugadores que tienen muy claro el estilo de juego propuesto por el entrenador y, a pesar de no lograr la victoria anoche (necesaria para conseguir la clasificación matemática para los cuartos), esto se vio en el partido.
El peso del juego uruguayo recae sobre la solidez defensiva, la base para poder conformar contraataques directos gracias a la velocidad de los delanteros: Luis Suárez y Edinson Cavani, las grandes estrellas de Uruguay que destacan por encima del resto.
En el enfrentamiento de ayer, Japón salió a jugar como Uruguay. Inspiró su juego en mantenerse seguros en una línea defensiva retrasada, lo que permitía robar el balón y salir rápido a buscar la jugada ofensiva. El técnico nipón se deshizo de la posesión y entregó el balón a los uruguayos, algo que les perjudica ya que los jugadores no son los más indicados para realizar ataques en estático.
La selección invitada dominó la primera fase del partido gracias a ello, evitando acercamientos peligrosos de los uruguayos. Únicamente un remate de cabeza y un disparo lejano del delantero barcelonista Luis Suárez inquietaron la portería defendida por Kawashima, uno de los líderes del equipo.
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