El martes 9 de julio se dio el primer debate en TV entre los dos aspirantes a ser el próximo primer ministro británico. Dicho foro se da a 2 semanas que se conozcan los resultados de las internas conservadoras, mientras que ya hay varios militantes del partido en el gobierno que ya han estado enviando su voto postal.
La inmensa mayoría de los cientos de miles de personas que han seguido directa o indirectamente ese foro no van a poder votar por ninguno de esos dos candidatos, potestad que solamente la tienen 160,000 miembros del partido conservador, quienes representan un 1% de los 13,5 millones de ciudadanos que votaron por los tories en las últimas elecciones generales y menos del 0.3% de los 67 millones de británicos.
Hunt vs Johnson
En el debate se vio a un Hunt agresivo que constantemente buscaba emplazar a Johnson, el mismo que esquivaba dar respuestas claras. Cuando la moderadora del canal ITV leyó 3 preguntas que hizo el público: sobre la expansión del terminal 3 del aeropuerto de Heathrow, sobre la construcción de la nueva súper-vía férrea que pueda conectar Londres con el norte de Inglaterra y sobre el que el parlamento acaba de aprobar el derecho al aborto y al matrimonio gay en Irlanda del Norte Hunt respondió categóricamente con un sí en tanto que Johnson eludió apoyar o rechazar.
Lo mismo pasó cuando a ambos candidatos se les encaró que iban a hacer con el embajador británico en Washington que Trump quiere que Londres retire o sobre si para el 31 de octubre no se produce el Brexit se renunciaría al cargo de primer ministro. Hunt dijo que él iba a mantener a dicho diplomático en su puesto pues es el gobierno británico y no el norteamericano quien decide eso y que él sí iba a seguir como primer ministro buscando un acuerdo con la UE aunque se pueda traspasar dicha fecha. Johnson no quiso decir si iba a ratificar o a sacar a dicho embajador y repetidas veces se negó a decir que él iba a renunciar a su cargo de primer ministro si no lograba hacer que el reino Unido salga de la Unión Europea para el 31 de octubre.
Al final, cuando a ambos candidatos se les preguntó qué es la principal virtud que ven en su contrincante para que pueda ser un buen primer ministro, ambos esquivan ello y se concentraron en lanzar dardos sobre su oponente. Johnson dijo que la gran cualidad de Hunt es la de cambiar varias veces de posiciones y que le felicitaba ahora por haber dejado de estar a favor de la UE para promover en el Brexit, mientras que Hunt le contra-argumentó que su principal virtud es eludir respuestas mostrado primero una sonrisa y luego cambiando de tema.
BREXIT Las dos principales diferencias parecen concentrarse en el tema del Brexit y de los impuestos. El primer tema capturó la primera media hora del debate. Johnson sostiene que ya no se puede seguir postergando el Brexit y que este se debe dar sí o sí el 31 de octubre y que para eso se debe estar preparados para una salida sin acuerdo y que él no descarta la posibilidad de postergar el parlamento para que no sesione en octubre y no pueda vetar una salida que él proponga ante la UE. Hunt afirma que él está preparado para un Brexit sin acuerdo pero que esa opción sería dañina por lo cual él prefiere negociar con la UE y estar dispuesto a aplazar el plazo de “Halloween” si es necesario, mientras que rechaza cualquier posibilidad de cerrar temporalmente el parlamento pues eso podría generar una rebelión civil.
Mientras Johnson se jacta de ser un optimista con mucha energía que logró ganar contra todo pronóstico la alcaldía de Londres y el referéndum europeo y que ahora sacará al país de la UE en la noche de las brujas, Hunt se reclama como un realista que cree que no se debe engañar a la gente con falsas promesas y que su virtud es su capacidad negociadora, algo que carece su rival.
Ambos candidatos hablan de bajar los impuestos a las fortunas. Hunt quiere emular el modelo de Trump de reducir las tributaciones de las corporaciones para incentivar la inversión privada, mientras que él atacó a Johnson de querer bajar los impuestos a los más ricos, algo que golpearía la imagen del conservadurismo. Ambos candidatos hablan tanto de reducir tributos como de aumentar el gasto social, sin que expliquen cómo pueden compaginar ambos extremos.
Para Johnson su contrincante es un “pesimista” que es un recién convertido a la causa del Brexit, mientras que él es el único que puede derrotar a Corbyn. Hunt, por su parte, sostiene que él supera a Johnson en las encuestas a nivel de la población en general y que él es una persona más sensata y un estadista que puede realmente dar paso al Brexit y luego ganar las elecciones generales.
PROBLEMAS
Johnson sigue siendo el candidato más popular dentro de los 160,000 militantes conservadores. Éstos no reflejan la composición de la sociedad británica. Se trata de una minoría que es un 97% blanca británica, 70% varonil, y que su mayoría tiene mucho más de medio siglo de vida, es pudiente, vive en el rico sur de Inglaterra y es partidario de un Brexit duro (incluso a costa de que pudiese fragmentar al Reino Unido).
Por el momento todo indica a que aquí en dos semanas Johnson sería proclamado el nuevo líder tory y, por ende, nuevo primer ministro. El problema está en que él no ha mostrado respuestas claras y precisas sobre cómo piensa garantizar la ruptura con la UE para antes del día de los muertos mientras el parlamento amenaza con volver a vetar un Brexit sin acuerdo.
Quienes sucedan a Theresa May también heredarán la misma correlación adversa que ella tuvo en el parlamento con el agravante que el Brexit viene perdiendo viada y popularidad y que los conservadores vienen de sufrir su peor derrota electoral y tienden a ir a perder un curul más en el oeste de Gales.
Posiblemente para Corbyn el candidato ideal para que gane esa interna sería Johnson pues él podría agudizar la confrontación y polarización parlamentaria agravando el impasse del parlamento, el cual solo podría ser alterado mediante una nueva votación: ya sea adelantando las elecciones generales o mediante un nuevo referéndum.
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