El informe del Observatorio Europeo de las Drogas y las Toxicomanías (EMCDDA) revela que las personas de 15 a 34 años en España son las cuartas que más cannabis han consumido en el último año en Europa y alcanzan ya el 17,1 por ciento de la población joven española.
“Entre los riesgos más conocidos del consumo de cannabis se encuentra el síndrome apático-amotivacional, un tipo de depresión diferente a la habitual, generada como consecuencia de la intoxicación progresiva y mantenida del consumo de THC (tetrahidrocannabinol)”, ha afirmado Cosme Sanchís, médico general experto en adicciones de Triora.
A la vez, ha subrayado que “existe un riesgo muy alto de síntomas psicóticos, que si bien muchos mejoran con un tratamiento médico adecuado y por supuesto con la abstinencia mantenida, en ocasiones persisten en el tiempo y se hacen resistentes a las diferentes opciones farmacológicas, no debiendo olvidar que el consumo de cualquier sustancia afecta de forma global a todo nuestro sistema corporal, como es el sistema respiratorio, renal o hepático”.
Según un reciente estudio publicado en la revista 'The Lancet Psychiatry', en 2018, el 12,7 por ciento de los nuevos casos de psicosis en la ciudad de Madrid han estado relacionados con el consumo diario de cannabis, y casi dos de cada diez se han vinculado con el cannabis de alta potencia. En el caso de Barcelona, el 8,6 por ciento de los nuevos casos de psicosis han sido derivados de un consumo habitual de esta sustancia, según la misma fuente.
Sanchís ha indicado que el tiempo en el que aparecen estas patologías es totalmente impredecible. Entre las variables que pueden llegar a determinar su aparición se encuentran, entre otras, la dosis, la predisposición de cada persona e incluso el tipo de cannabis consumida. “No existe una sola clase y es importante conocer las diferencias entre los diversos tipos de cannabinoides, sobre todo en el caso de los sintéticos”, ha comentado el médico general especialista en adicciones de Triora.
Los cannabinoides sintéticos son un compuesto que imita a la sustancia que es responsable principal de los mayores efectos psicoactivos del cannabis. “Se trata de sustancias muy peligrosas al ser mucho más potentes que el cannabis natural y, en la mayoría de casos, se desconocen sus efectos, ya que son manipuladas y cortadas con otros compuestos químicos y desconocidos y que son diferentes en casi todos los casos. De hecho, existe una percepción errónea entre los consumidores como una sustancia “buena, bonita y barata”, con fines medicinales y de consumo seguro”, ha explicado Sanchís.
La mayoría de los casos graves de intoxicación por cannabinoides sintéticos muestran un aumento de la frecuencia cardíaca, vómitos, comportamiento violento o episodios psicóticos. También pueden elevar la presión arterial, causar daño a los riñones e incluso ha llevado a una cantidad creciente de muertes en los últimos años, según los últimos datos de la ONU, que elevan la estimación de muertes vinculadas al consumo de drogas en el mundo hasta unas 585.000 en 2017, frente a los 450.000 fallecimientos de 2015.
De acuerdo con el Informe Mundial de Drogas 2019, la droga más extendida a escala global es el cannabis con unos 188 millones de consumidores, más que toda la población de países como Rusia o México.
La adicción al cannabis, al igual que el resto de drogas, son tratadas por el equipo multidisciplinar de profesionales altamente especializados de Triora, compuesto por médicos, psiquiatras, psicólogos, terapeutas, educadores y asistentes sanitarios. A tenor del aumento del consumo de estas sustancias en nuestro país, los expertos del grupo también llevan a cabo una labor importante de concienciación y prevención. Una de las actividades realizadas en este terreno son las charlas que se imparten en colegios de todo el territorio nacional para concienciar a los más jóvenes sobre el consumo de cannabis y otras drogas, y las consecuencias que se derivan de las mismas.
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