España sigue sin gobierno y los políticos de vacaciones pagadas, ¡no faltaría más! ¿Llegarán a algún acuerdo, volveremos a las elecciones, qué pasará?
Desde mi punto de vista, de un ciudadano cualquiera, lo que veo es que cada partido busca con ansia el poder para seguir mangoneando el país o al menos su propio partido. Que han llegado al congreso o al senado para resolver los problemas de quienes lo han votado ni se les pasa por la cabeza. Lo mismo que tampoco se les pasa por el magín que muchos de los problemas que padecemos los ciudadanos tienen como causa el anárquico funcionamiento de los gobiernos autonómicos, la proliferación de administraciones paralelas, de ONG opacas.
Pero nuestros políticos, ¡tan felices!, unos comiendo de los ayuntamientos y diputaciones, otros comiendo de las comunidades autónomas y otros directamente de la administración central. Pero la comida de tantos pesebres va a costa de los ciudadanos de a pié, especialmente de las clases medias cada vez más expoliadas y exprimidas.
¿Hay muchas diferencias entre la izquierda y la derecha? No me lo parece. Unos y otros acatan las órdenes que alguien les imparte de destruir la familia, promocionar la ideología de género o atizar una lucha sin cuartel entre mujeres y hombres. Ya que la lucha de clases no dio el resultado que preveían los marxistas, pues a intentar la lucha de sexos a ver qué pasa.
En lugar de un claro programa de proyectos, no de memorias históricas manipuladas del pasado, de un relato comprensible de lo que cada partido quiere hacer de España, ¿unirla o trocearla? solo vagas promesas de libertades sin responsabilidades, de invitación a disfrutar de prestaciones sociales, que unas veces llegan y otras no, mientras que las pensiones están en peligro, la población envejecida, la inmigración descontrolada y media España vacía
¿Valdrá la pena ir a votar otra vez para que salgan más o menos los mismos con sus raquíticos programas, siempre incumplidos?
Nos vendieron también, hace ya bastante tiempo, que formar parte de una Europa Unida, con moneda única y tribunales supranacionales era nuestro mejor seguro. Ahora descubrimos que Bruselas es un pesebre más para nuestra voraz clase política. Si ya era demasiado costoso mantener al estado, las autonomías y los ayuntamientos, ahora también hay que mantener el tinglado europeo que nos impone más leyes y más reglamentos, pero es incapaz de enviarnos, debidamente asegurado, al golpista Puigdemont.
Por mi parte solo volveré a votar si algún partido presenta un programa creíble, revisable, comprometido con España y todos, todos, los españoles. Basta ya de políticos que se asignan sueldo a sí mismos, de gente sin preparación ni conocimientos de nada, que no les preocupa dejar a España cada año más endeudada. ¡Ya pagarán las próximas generaciones! ¡Comamos y bebamos que éstos desgraciados votan y pagan!
Por favor, dejen de llevarnos al huerto. Más que democracia lo que tenemos es una partitocracia apoyada por redes de información que a base de repetir las mismas cosas una y otra vez, llegamos a creérnoslas, como las encuestas del CIS por ejemplo. Para las próximas elecciones no me envíen sobres y papeletas si antes no me han enviado el programa del gobierno que proponen, clarito y revisable. Si no tienen voluntad ni idea de lo que necesita España, no se sienten en los sillones del Congreso nunca más.
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