El Real Madrid ha empezado este sábado LaLiga Santander con una sufrida victoria frente al RC Celta de Vigo (1-3), merced a los goles de Karim Benzema, de Toni Kroos y de Lucas Vázquez en un encuentro lleno de vaivenes, y en el que la titularidad de Gareth Bale ha insuflado energía a un equipo que todavía muestra su versión irregular.
La aparición del delantero galés en el 'once' inicial de Zinédine Zidane supo casi a indulto, después de un verano con escasos minutos en las citas amistosas del Real Madrid. El entrenador francés lo había señalado como miembro prescindible en su plantilla, pero su salida hacia algún club chino se enquistó y Bale retomó provisionalmente su rutina de cara a esta jornada inaugural en Primera División.
Así, 'Zizou' dispuso del británico desde el comienzo en Balaídos y le salió bien la estrategia. Para abrir huecos en la endeble zaga del Celta, las carreras diagonales de Bale ayudaban a Benzema y a Vinicius Jr., aunque sin verdadero peligro hasta el minuto 12. El conjunto merengue golpeó en su primer acercamiento a la portería de Rubén Blanco.
Tras una posible falta de Casemiro para un robo de balón en el centro del campo, el VAR validó la acción y el Real Madrid montó el ataque. Bale recibió escorado a la izquierda y dribló a David Costas, con hasta tres amagues, para centrar raso al corazón del área; bien posicionados, al alimón llegaron Vinicius y Benzema para remachar la pelota, que finalmente fue introducido en la portería por el francés.
El '9' madridista ha sido el jugador más inspirado durante toda la pretemporada, prolongando el gran estado de forma que ya lució en los últimos compromisos del curso 2018/19. Sin duda, del acierto de Benzema puede nutrirse el proyecto de su compatriota Zidane, que vio al croata Luka Modric acercarse al 0-2 en el minuto 34.
Fue gracias a un derechazo a colación de un quiebro y nada más entrar en al área rival, obligando a que Rubén hiciera un paradón y mandase el balón hacia saque de esquina. Poco antes, el Celta había disfrutado de su mejor oportunidad de peligro en la primera mitad del partido, en botas del discreto 'Toro' Fernández.
El ariete uruguayo no llegó a rematar, delante del arco de Thibaut Courtois, porque el central francés Raphaël Varane tocó lo justito un centro desde el lateral diestro que iba a media altura. Bale respondió en el 43' con un zurdazo, tras haber hecho una diagonal larguísima de derecha a izquierda, y a pase de Benzema.
Rubén brilló de nuevo y dio oxígeno a su equipo, que paradójicamente rozó el empate al borde del descanso. En el tiempo añadido del primer acto, Denis Suárez presionó a Álvaro Odriozola y provocó que el lateral derecho visitante perdiera la pelota, que acabó a pies de Iago Aspas; éste fue objeto de falta, pero el árbitro Estrada Fernández no decretó penalti y el esférico suelto fue rematado a gol por Brais Méndez. El VAR salvó a la pachorra madridista, señalando un fuera de juego milimétrico de Aspas cuando había recibido el balón robado por Suárez. Habiendo resuelto ese 'match point', los pupilos de Zidane aguantaron los arreones de sus adversarios en el comienzo de la segunda parte y sentenciaron con dos genialidades de sus vacas sagradas.
La expulsión de Modric en el minuto 56, a causa de un feo pisotón en el tobillo de Suárez, no puso nervioso al cuadro visitante. Y es que de inmediato apareció Kroos al rescate, enganchando un tiro potente con la diestra desde más allá de la frontal del área. Tal lanzamiento se coló por la mismísima escuadra y acalló a la afición del Celta.
Sin apenas tiempo de reacción, y con el partido anestesiado por los cambios de Zidane, el 0-3 llegó con una gran combinación ofensiva que sirvió a Benzema para hacer una medio ruleta y para asistir a Lucas Vázquez, quien marcó con un tiro raso y cruzado. Corría el minuto 80 de un duelo al que entonces ya solo le quedaba por ver el fogonazo del 1-3, obra del canterano Iker Losada en el casillero de un Celta sin brío.
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