Ser feliz es la diferencia entre elegir dedicarle tu tiempo a un ser querido en lugar de ver Sálvame.
Ser feliz es elegir dar un paseo o hacer deporte, en lugar de quedarte en casa escuchando las noticias.
Ser feliz es elegir conversar con un amigo sobre cómo aportar valor a los demás en lugar de hablar de gente sin valores.
Ser feliz es elegir ocuparte de aquello que depende de ti en lugar de preocuparte de lo que está fuera de tu alcance.
Ser feliz es elegir invertir en formarte o en un proceso de coaching en lugar de comprar un coche o una televisión más grande.
Ser feliz es focalizar tu atención en aquello que te apasiona en lugar de buscar los problemas incluso en aquello que nunca ha sucedido.
Ser feliz es el tener una ilusión, luchar por un sueño, en lugar de no poder dormir pensando en los errores del pasado.
Ser feliz es elegir un lenguaje responsable, positivo y apropiado, en lugar de sembrar negatividad y limitaciones con palabras inadecuadas.
Ser feliz es elegir contemplar el mundo como un constante milagro en lugar de considerar que todo o casi todo es vulgar u ordinario.
Ser feliz es elegir sonreír y agradecer a la vida por todo lo que te ha dado en lugar de quejarte por aquello que crees que te han arrebatado.
Ser feliz es elegir modelar a aquellos que lo que sueñas ya han logrado en lugar de dejarte influenciar por la opinión de los que aún nada importante han alcanzado.
Si aún no eres feliz una buena pregunta para plantearte es ¿qué te estás diciendo a ti mismo para encontrarte cómo te encuentras?.
¿Qué estás haciendo para asegurar tu fracaso?. Tal vez pienses que no estás haciendo nada adrede, pero cuando no haces ni planificas nada, al fin y al cabo estás comprando tu billete para aumentar tus probabilidades de fracaso.
¿Tú qué eliges, ser feliz o vivir una vida de segunda mano?.
Y como cierre, me gustaría preguntarte ¿qué vas a hacer a partir de ahora para lograr lo que te has planteado? y ¿cuál será tu primer paso?.
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