Durante tres días ¡tres¡ hemos podido ver imágenes familiares de la familia real española. La primera en iniciar el veraniego álbum fue la ReinaSofía al acoger a todos sus nietos, los hijos de Elena, Cristina y Letizia. Primera foto, la Reina con Cristina y sus cuatro hijos, segunda foto, la Reina con Cristina, Elena y los hijos de ambas todo el grupo dispuesto a ir a Calanova para practicar vela.
Mejor dicho, para que los niños hicieran un curso de vela para poder posteriormente navegar por el mar tal como hicieron en su momento las Infantas y el Príncipe Felipe. Es una tradición familiar que siguen todos los nietos de la Reina menos las hijas de Letizia y el Príncipe. Al parecer Leonor y Sofía de momento no están por la labor, dicen que el Príncipe dijo que ya llegaría, o no, el momento. Sin especificar el Príncipe dejó claro que las niñas, en ese sentido, toman sus decisiones o eso pareció dar a entender. Nada claro, nada concreto, nada trascendental tampoco.
Letizia posó con la Reina y Elena y todos los nietos de los Reyes cuando Cristina ya se había ido de Palma de Mallorca, ¿casualidad?, los más malévolos dicen que cómo hay que preservar de todos lo males al heredero al trono es mejor que no haya constancia gráfica de Cristina con ellos ahora que está manchada por presunta evasión de capital y además tiene al marido, Iñaki Urdangarín, metido de lleno en el caso Noos, en cuyo sumario se le imputan diversos delitos aún en espera de la apertura del juicio.
Por tanto Cristina no puede aparecer fotografiada junto a su hermano Felipe ni tampoco a su cuñada Letizia, hay que cuidar las formas. Hay que ser cautelosos en estos momentos en que la monarquía española no navega ya con tan buen viento como esos barcos espléndidos que recalan en Port Portals, y más bien parece estar como el Titánic en su peor momento.
La Reina, como siempre, sabe lo que tiene que vestir para ir a cualquier sitio, siempre sigue un estilo, tiene mucha personalidad y puede gustar o no lo que lleva pero de manera habitual viste adecuadamente. Ningún resquicio donde el protocolo le pueda meter mano, tampoco a las Infantas, y menos cuando están en Palma de Mallorca, el atuendo sport marinero es el que saben donde empieza y donde termina. Hace muchos años que ambas pasean por diversos pantalanes, se conocen al milímetro el de Palma de Mallorca y nunca o casi nunca, dejemos un margen para los muy estrictos, han vestido poco adecuadamente.
De Letizia se valora que vista marcas españolas aunque podría lucir prendas de muchos más creadores y siempre se tiene en cuenta su milimétrica sencillez.
Este año nos ha sorprendido con pantalones pitillo muy estrechos, cuando se luce una delgadez endémica es sabido que todo sienta bien, pero, a mi manera de ver, no todo está bien. Los pantalones estrechos que ha lucido Letizia los tres días que la hemos visto en Palma de Mallorca tenían un denominador común resaltaban en demasía la entrepierna.
Aunque Letizia, en su primera aparición, se pusiera una camiseta con un poco de manga de la marca barata de Adolfo Domínguez, ésta no era demasiado larga para disimular esa parte del cuerpo que siempre afea que quede al aire.
El tejano azul claro que llevó en el posado con su marido y sus hijas durante la visita a la zona quemada de la Serra de Tramontana era tan estrecho que incluso le hacía arrugas, también su blusa blanca y sin mangas quedaba muy por encima de la zona a la que antes me referí. Esta visita fue controlada hasta el límite para evitar que algunos ciudadanos, al estar los Príncipes y sus hijas de visita en La Granja de Esporles, acudieran al lugar para demostrarles su descontento por la situación que atraviesa el país con una monumental pitada, la Casa Real, para que no se produjera ninguna situación desagradable para los príncipes, controló tanto el momento del posado que los periodistas fueron avisados por sms poco antes de que se realizara,
En la cena de los Reyes con las Autoridades de Palma de Mallorca el Rey y el Príncipe optaron por un traje oscuro donde destacaban sus corbatas en azul y en rosa pálido, la Reina escogió un pantalón ancho con un blusón a juego con un estampado entre gris y azul, manga hasta el codo, zapatos en plata, la Infanta Elena también vistió pantalón ancho con estampado en verde agua, top de pedrería en verde oscuro y una chaqueta de ganchillo de manga japonesa y muy larga a tono con el pantalón. Por su parte Letizia vistió de blanco, pantalón pitillo pero no estrecho y blusa corta que no le tapaba la entrepierna pero como el pantalón tenía un diseño más amplio en esta ocasión se podía decir que era correcto.
Sin embargo teniendo en cuenta que la cena con las Autoridades y los Reyes tiene su protocolo los brazos escuálidos de la Princesa Letizia al aire, se veían desnudos, como su eterna delgadez.
Ignoro qué dirán y si lo harán las estilistas, esas mentes pensantes que a veces son capaces de decir que la “princesa iba muy guapa”, de los atuendos lucidos, especialmente de los pantalones, por Letizia estos días en Palma, dados los calificativos con los que denostan a cualquier chica de la calle o a cualquier >b>“choni poligonera” cuando se atreven a salir a la calle vestidas con un pantalón tan estrecho que muestra bien a las claras aquello que siempre se ha dejado a la adivinación.
Letizia, por muy sencilla que sea, por mucho que le incomode ir a Palma de Mallorca, por mucho que no le guste posar en la isla de la calma, por mucho que quiera hacer lo que le de la real gana debería recordar que forma parte de una familia que en caso de evolucionar lo hará lentamente, no con las urgencias que ella parece tiene planteadas a su marido Felipe de Borbón y Grecia, heredero al trono español.
La princesa tiene pundonor, tiene las ideas claras, pero nunca se puede llegar y besar al santo. Seguro que ella no besó a muchas ranas para acabar casándose con el Príncipe de sus sueños pero el protocolo más elemental, lo sucinto, sí debería clavárselo en vena y llevarlo hasta el final.
Letizia debe saber que por muy indie, por muy rockera y por todo lo que quiera ser, por encima de todo es la esposa del futuro Rey de España y no se puede permitir lucir en público, posados incluidos, pantalones que le marquen la entrepierna, no porque sea ella, no, ese detalle, esas formas, ninguna mujer las puede apreciar como un momento elegante en su vida.
Si Letizia llegó a Palma sólo para cumplir, lo hizo mal vistiendo de esa guisa, ¿lo sabía?, peor, ¿ignoraba que eso fuese así?, tiene ya cuarenta años y con su ex trabajo de periodista, eso, seguro, sé de lo que hablo, fue lo primero que le dijeron: “tápate”.
Y además iba muy maquillada, principalmente los ojos, uno de ellos me pareció que miraba raro, pero, bueno, ese es otro cantar.
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