"Mediocridad", un adjetivo muy de moda, pero; ¿Lo atribuimos con propiedad?. Todo lo que leo, veo y vivo en la sociedad y sobre todo en lo que a cultura empresarial concierne, el término siempre se atribuye a jefes, comenzando desde managers intermedios. Pero, ¿por qué siempre el mediocre es el jefe?.
La palabra mediocridad parece haberse casado con "evolución". Si, "Mi jefe es un mediocre, no me deja ni me ayuda a evolucionar...." ¿Y tu, qué eres?.
En el saco de la mediocridad no existen cargos ni mandos. En ese saco hay hueco para cualquiera, cualquiera que lo sea. Es cierto que la mediocridad y la evolución no van cogidas de la mano, pero también es cierto que mediocre puede ser cualquiera, no sólo un jefe. Los jefes también tienen su proyección, y también buscan su evolución. Todos queremos evolucionar.
He conocido casos de vendedores, que aun siendo mediocres, han tenido un jefe dispuesto a todo, incluso a EVOLUCIONARLES y a exprimir su talento. Estos, en vez de utilizarlo, vendían al resto de sus compañeros, que su jefe era un pesado. Y recuerdo alguna ocasión, en la que incluso el jefe ha sido despedido.
Al igual que un vendedor necesita un jefe que le apoye en su evolución, un jefe también precisa de su equipo para poder evolucionar.
El vendedor precisa de clientes para facturar y hacer su trabajo, mientras el jefe necesita un capital humano comprometido para poder realizar una buena gestión. Todos necesitamos, cada uno en nuestra parcela.
Hay personas que aún siendo consciente de su mediocridad, culpan a otros de ellas. A este tipo de personas las catalogo en dos tipos: Incendiario y Pirómano empresarial.
El incendiario, es aquel que desde que se levanta va desprendiendo negatividad. Si desayuna con compañeros, habla mal de su jefe, si tiene un cliente con alguna incidencia importante, se disculpa culpando a su empresa y si tiene que realizar tareas administrativas, las hace más como tarea (para acabarla y salir del paso), que como parte importante en su desempeño y gestión profesional.
Pero, si ademas este asiste a una reunión de ventas o convención, es el típico tópico de persona que calienta al que se sienta a su lado para que diga públicamente lo que él no es capaz de decir... pasa de incendiario a pirómano.
El pirómano provoca el fuego y luego se aleja para disfrutar del desastre y eximir su culpa. Si en una red de ventas o equipo comercial, se encuentra un incendiario o pirómano, el jefe más directo, responsable de gestionar su parte de capital humano, no lo tendrá fácil mientras que tenga que estar apagando fuegos a su alrededor, mientras controla que el incendio "provocado", no destruya al resto de su equipo.
Conclusión; antes de señalar, mírate a ti mismo.
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