El Barça ganó este viernes al Zalgiris Kaunas (86-93) en el Zalgirio Arena para seguir en lo alto de la Euroliga y volver a la senda del triunfo, tras el tropiezo en Milán, en un gran partido de Cory Higgins y Nikola Mirotic que hizo que el equipo catalán sobreviviera, y saliera con gran nota, a un feudo de los más complicados de la competición.
Un final ajustado, caliente, con un Zalgiris que no se rindió hasta que se vio 7 abajo con segundos por jugar. En ese instante, Higgins (27 puntos, 33 de valoración) demostró que puede ser un hombre clave pues el Barça por fin tiene a un jugador con hielo en su sangre en momentos al rojo vivo y su buen hacer y acierto, junto al de Mirotic, fueron claves para no perder un partido que otros años podría haber caído del lado lituano.
Los blaugranas tuvieron su peor momento en el arranque del tercer cuarto. Del 38-47 al borde del descanso se pasó al 51-50 tras el espectáculo de Leday --8 puntos en los primeros minutos de la reanudación--. Al Barça le costó ver aro pero Cory Higgins cogió confianza a tiempo de marcarse un triplazo en carrera para cerrar el periodo maquillando el parcial, dejando al Barça 61-66 arriba.
El escolta estadounidense estaba de dulce y el Barça lo supo aprovechar, le dio confianza y respondió con dos triples para abrir el cuarto final. Los blaugranas se escaparon con un 64-72 que, a falta de 8:49 tras un tiempo muerto, pintaba bien. Fue clave hasta el final, así como un Barça que jugó en bloque, casi sin fisuras, y con temple para no caer en la trampa de la reacción final lituana.
Fue un partido de sensaciones. Las que tuvo Higgins con su electricidad, Tomic con su sobriedad en la pintura o Nikola Mirotic, sin duda motivado por ser blanco de cierta prensa esta semana, lideró al grupo en el arranque del partido y apareció en momentos clave. Así pudieron los blaugrana sobrepasar su único mal momento y volver a la senda del triunfo.
Bien en rebotes, excelsos en el movimiento ofensivo, el Barça salió dispuesto a olvidar en el Zalgirio Arena, lleno hasta la bandera, el tropiezo de Milán. El equipo de Svetislav Pesic estuvo serio, más que brillante, e hizo lo necesario para ganar en Kaunas a un Zalgiris muy combativo que venía de lograr un triunfo épico en Estambul ante el Fenerbahçe.
Lo sabía Pesic y estaban avisados sus jugadores; este Zalgiris no se rinde. Y no lo hicieron, pese a verse con una renta máxima de 10 puntos en contra con apenas 4 minutos de juego. Espoleados por su afición, un parcial de 5-0 les dejó a sólo 5 puntos (77-82) de un Barça que tuvo que pelear duro para mantener esa renta y poner el 6-1 en la tabla de esta Euroliga.
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