La lluvia caída en la tarde de ayer en Madrid no ha sido óbice para que nutrido púbico se acercase a Pangea The Travel Store, acudiendo a la llamada de Luis Castellanos, que ha podido transformar una tarde lluviosa en una tarde feliz.
Haciendo bueno el dicho “No hay dos sin tres”, días atrás se ponía a la venta “El lenguaje de la felicidad”, el tercer libro del filósofo y especialista en el campo de la investigación del lenguaje Luis Castellanos, de nuevo editado por Paidós, como sus predecesores “La ciencia del lenguaje positivo” y “Educar en lenguaje positivo”.
Luis Castellanos, es un firme defensor de que el uso continuado del lenguaje positivo tiene el poder de ver el lado favorable de las cosas para crear una buena historia personal, hasta el punto de cambiar nuestro estado de ánimo, mejorando nuestra salud y haciendo posible una vida feliz y más longeva. Reconoce que una vida feliz se construye a través del lenguaje de la compasión.
En palabras de Luis, el lenguaje está para elegirlo, no para censurarlo y está escrito desde el agradecimiento, ya que, en las etapas duras de la vida, solo hay dos opciones: Hundirse o pedir ayuda.
En “El lenguaje de la felicidad”, el autor nos invita a desarrollar y aprender las palabras de las que conviene hacer uso, si deseamos construir día a día un lenguaje para la felicidad, basado en un cambio de nuestro foco de atención, la reconstrucción de nuestro diálogo interno y el cultivo de relaciones de calidad.
Son cinco los capítulos de los que está compuesto “El lenguaje de la felicidad”, dando respuesta a un plan para cambiar nuestro lenguaje, desde tres vertientes, como son tu atención, tu tiempo y tus narraciones, en los que Luis Castellanos, no lo concibió como un manual con propuestas para ser feliz, más bien se trata de una guía para gestionar de manera más adecuada, el lenguaje positivo, hasta el punto de ser capaces de distinguir la diferencia entre los verbos “SER” y “TENER”, cuando hablamos de felicidad, ya que si “Ser feliz” se trata de la búsqueda de un estado permanente de felicidad, “Tener una vida feliz” nos sitúa en la escena de la vida como actores principales.
También es una reflexión sobre cuáles son nuestros actuales modelos de felicidad y si éstos realmente están encaminados a promover una felicidad duradera o son el resultado de los espejismos del éxito y el consumismo incontrolado.
Siendo consciente que con el uso del vehículo de la palabra, podemos recorrer nuevos caminos para nuestros sentimientos y pensamientos, y todo puede suceder si somos capaces de encontrar las palabras adecuadas, que nos permitan crear un lenguaje para la felicidad.
La felicidad, no es algo que obtenemos por generación espontánea, como puede ocurrir con la risa, forma parte de un proceso donde intervienen factores como el amor, tal y como cantaba Palito Ortega, además del lenguaje que nos sitúa en el momento presente, si entendemos quienes somos y nos proyecta al futuro desde el presente, si sabemos en quiénes nos queremos convertir.
Luis finalizaba la presentación con estas palabras “Gracias por vuestra amistad”, para acto seguido comenzar la firma de ejemplares.
|