Siglo XXI. Diario digital independiente, plural y abierto. Noticias y opinión
Viajes y Lugares Tienda Siglo XXI Grupo Siglo XXI
21º ANIVERSARIO
Fundado en noviembre de 2003
Opinión
Etiquetas | El crisitianismo originario
Cada vez más personas reflexionan sobre la posibilidad de haber vivido ya varias veces sobre la Tierra

1.500 años ocultando la reencarnación

|

Cada vez más personas reflexionan sobre la posibilidad de haber vivido ya varias veces sobre la Tierra. Entre el 30% y el 40% de todos nuestros contemporáneos están convencidos de ello. Este conocimiento ancestral de la humanidad, que se halla por toda la Tierra y en muchos círculos culturales, parece volver a despertar también en el occidente cristiano, donde ha sido reprimido desde hace 1500 años a raíz de un anatema eclesiástico. Para los grandes pensadores y escritores de la historia europea de las ideas –desde Platón a Kant, Goethe, Lessing y otros muchos- la reencarnación era algo natural.

Hoy día también el consumidor espiritual normal, para quien su Dios está cerca de la doctrina teológica, se pregunta si puede ser que sólo haya esta única vida, en la que tantas cosas le han salido mal; y si realmente puede ser que al final incluso aterrice “eternamente en el infierno”, porque no encontró a tiempo un confesionario. Pero si Dios es el amor, esto no puede ser.

Esto no significa que Dios deje que se burlen de El. El incumplimiento de los Mandamientos de Moisés o del Sermón de la Montaña de Jesús de Nazaret, no queda sin consecuencias y carga nuestra alma. De esta carga podemos liberarnos si cambiamos y purificamos o también mediante expiación. Esto último el ser humano lo experimenta con frecuencia en forma de necesidades o enfermedad.

Los Teólogos no dan una explicación y hablan de un “secreto de Dios”. Con ello dan a las personas que sufren, piedras en lugar de pan. El pensamiento de que la injusticia de una vida humana posiblemente desaparezca en una justicia superior de muchas vidas, ni siquiera lo permiten desde que en el concilio de Constantinopla “anatematizaron como doctrina falsa” la reencarnación, al igual que el convencimiento de que a nadie se le puede condenar eternamente.

Para más de una persona puede ser importante descubrir que el conocimiento acerca de la reencarnación también estaba difundido en el cristianismo de los orígenes y en los primeros siglos cristianos. Para muchos de los primeros doctores de la iglesia el renacimiento era parte integrante de su fe. Así está escrito por Clemente de Alejandría hacia el año 200 d.c.: “Pues el seguir un nacimiento a otro, quiere llevarnos a la inmortalidad en un avance paulatino”. San Jerónimo (355-425), el traductor y compilador de la Biblia actual, escribió: “La enseñanza del retorno fue anunciada al menos desde los primeros tiempos como una fe que ha sido transmitida pero que no se anunció públicamente”. También san Agustín intuyó la verdad de la reencarnación cuando en sus confesiones pide: “Dime, Dios si no he pasado ya por alguna vida, a la cual siguió el inicio de mi niñez”.

1.500 años ocultando la reencarnación

Cada vez más personas reflexionan sobre la posibilidad de haber vivido ya varias veces sobre la Tierra
Vida Universal
martes, 26 de noviembre de 2013, 10:17 h (CET)
Cada vez más personas reflexionan sobre la posibilidad de haber vivido ya varias veces sobre la Tierra. Entre el 30% y el 40% de todos nuestros contemporáneos están convencidos de ello. Este conocimiento ancestral de la humanidad, que se halla por toda la Tierra y en muchos círculos culturales, parece volver a despertar también en el occidente cristiano, donde ha sido reprimido desde hace 1500 años a raíz de un anatema eclesiástico. Para los grandes pensadores y escritores de la historia europea de las ideas –desde Platón a Kant, Goethe, Lessing y otros muchos- la reencarnación era algo natural.

Hoy día también el consumidor espiritual normal, para quien su Dios está cerca de la doctrina teológica, se pregunta si puede ser que sólo haya esta única vida, en la que tantas cosas le han salido mal; y si realmente puede ser que al final incluso aterrice “eternamente en el infierno”, porque no encontró a tiempo un confesionario. Pero si Dios es el amor, esto no puede ser.

Esto no significa que Dios deje que se burlen de El. El incumplimiento de los Mandamientos de Moisés o del Sermón de la Montaña de Jesús de Nazaret, no queda sin consecuencias y carga nuestra alma. De esta carga podemos liberarnos si cambiamos y purificamos o también mediante expiación. Esto último el ser humano lo experimenta con frecuencia en forma de necesidades o enfermedad.

Los Teólogos no dan una explicación y hablan de un “secreto de Dios”. Con ello dan a las personas que sufren, piedras en lugar de pan. El pensamiento de que la injusticia de una vida humana posiblemente desaparezca en una justicia superior de muchas vidas, ni siquiera lo permiten desde que en el concilio de Constantinopla “anatematizaron como doctrina falsa” la reencarnación, al igual que el convencimiento de que a nadie se le puede condenar eternamente.

Para más de una persona puede ser importante descubrir que el conocimiento acerca de la reencarnación también estaba difundido en el cristianismo de los orígenes y en los primeros siglos cristianos. Para muchos de los primeros doctores de la iglesia el renacimiento era parte integrante de su fe. Así está escrito por Clemente de Alejandría hacia el año 200 d.c.: “Pues el seguir un nacimiento a otro, quiere llevarnos a la inmortalidad en un avance paulatino”. San Jerónimo (355-425), el traductor y compilador de la Biblia actual, escribió: “La enseñanza del retorno fue anunciada al menos desde los primeros tiempos como una fe que ha sido transmitida pero que no se anunció públicamente”. También san Agustín intuyó la verdad de la reencarnación cuando en sus confesiones pide: “Dime, Dios si no he pasado ya por alguna vida, a la cual siguió el inicio de mi niñez”.

Noticias relacionadas

Es de vital importancia que en nuestro país se lleven a cabo propuestas de resolución encaminadas a mejorar la transparencia y la confianza de los ciudadanos en los cargos públicos. Deben ser propuestas e iniciativas creíbles para acabar con el desencanto instalado en la sociedad respecto a la clase política.

Tan poca es la transparencia del Gobierno, y tan despreocupado está por las cuestiones que interesan a la ciudadanía, que han pasado varias semanas desde que acordaron el PSC y ERC la investidura de Salvador Illa, pero no se han dignado en explicarnos con eficacia y eficiencia si lo de Cataluña es un concierto, un acuerdo, un convenio o la asignación de un cupo. Yo me inclino por esto último, aunque la ministra de Hacienda lo disfrace de bailarina, en vez de hacerlo de bandolero ladrón.

Hoy queremos invitarlos a reflexionar sobre un asunto filosófico que tiene mala prensa por no ser comprendido cabalmente, a saber, el pesimismo como actitud ante la vida de quienes ven en el sufrimiento, la desilusión y la fatalidad elementos esenciales para entender nuestra existencia.

 
Quiénes somos  |   Sobre nosotros  |   Contacto  |   Aviso legal  |   Suscríbete a nuestra RSS Síguenos en Linkedin Síguenos en Facebook Síguenos en Twitter   |  
© 2024 Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto | Director: Guillermo Peris Peris
© 2024 Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto