El portero esloveno del Atlético de Madrid, Jan Oblak, aseguró que no "piensa" en si es "el mejor del mundo" y que "sorprenderá" el rendimiento del conjunto colchonero en el tramo final del curso pese al mal inicio en LaLiga Santander y las dudas en la Liga de Campeones porque tiene "mucha fe" en sus compañeros.
"No pienso mucho en mí ni en lo que la gente pueda pensar sobre mí. Pero es bonito que la gente tenga una buena opinión sobre ti. Significa que vas por el buen camino. Cada día, desde pequeño, trabajo para seguir mejorando, y así lo haré hasta el final de mi carrera", manifestó en una entrevista a la revista Club del Deportista que recoge Europa Press.
El portero atlético se declaró inconformista con los éxitos logrados hasta la fecha -cuatro trofeos Zamora, una Europa League, una Supercopa de Europa y finalista de la Liga de Campeones- porque, según él, aún no ha conseguido todo lo que le gustaría. "Por eso no estoy satisfecho, pero no tengo ninguna duda de que al final de mi carrera sí lo estaré. Sé que voy a conseguir mucho más", indicó
En este sentido, el objetivo de Jan Oblak es seguir mejorando temporada a temporada, aunque admitió que es ésta "es un poco más complicado" por los cambios que ha habido en la plantilla colchonera. "Pero estamos jugando un buen fútbol y seguro que al final de la temporada sorprenderá, para bien, cómo vamos a acabar. No tengo ninguna duda de mis compañeros. Al revés, tengo mucha fe en ellos", subrayó
Debutó con el Atlético el 16 de septiembre de 2014 en un encuentro contra el Olympiacos de Liga de Campeones, aunque recordó que los inicios no fueron fáciles. "Nada más llegar, me lesioné y entonces empezó a jugar Miguel Ángel Moyá, haciéndolo muy bien, todo hay que decirlo, por lo que yo me quedé en el banquillo, esperando mi oportunidad", evocó.
Fue una etapa en la que apenas habló, ni con su entrenador, Diego Pablo Simeone, "ni con nadie". "Era un chico que llegaba nuevo, empezaba con el español y no lo controlaba como para poder comunicarme bien. Necesitaba más tiempo. Además, empezaba a escuchar las primeras dudas sobre mí. Me encontré un poco solo y triste, así que me dediqué a trabajar y a esperar mi oportunidad", explicó.
Sin embargo, el paso del tiempo le dio la razón. "Sabía que solo necesitaba la oportunidad para agarrarla con las dos manos y demostrar a todo el mundo que se estaba equivocando", dijo el meta esloveno, que no dudó en afirmar que se equivocaron los escépticos que duraron de él en los orígenes.
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