| Ficha técnica | 83- Real Madrid: Llull (20), Rudy Fernández (15), Darden (6), Mirotic (10) y Bouroussis (8) -quinteto titular- Sergio Rodríguez (8), Slaughter (1),Reyes (15), Carroll (0), Mejri (0), Barreiro (-) y Dani Díez (0x).
67 - Olympiacos Mantzaris (2), Spanoulis (19), Lojeski (15), Petway (9) y Dunston (4)-quinteto inicial- Shermadini (0), Sloukas (3), Collins (3), Simmons (7), Printezis (4), Perperoglou (0) y Papapetrou (3).
Parciales: 18-12, 22-22, 21-18, 22-17.
Árbitros: Lamonica (ITA), Rocha (POR) y Vojinovic (SRB).
Incidencias: Quinto partido correspondiente a los cuartos de final de Euroliga, disputado en el Palacio de los Deportes (Madrid) ante 12.698 espectadores. |
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El Rey de Europa volverá a soñar con conquistar una Copa de Europa. Sería su novena sinfonía, en una ciudad tan apasionante como Milán. El Real Madrid no faltará a la Final Four (la tercera en cuatro años) tras derrocar al actual campeón de Europa, el Olympiacos de Spanoulis. Lo hizo en el quinto partido tras un maravilloso repertorio ofensivo y una magistral defensa. Y, por supuesto, velocidad, espectáculo y comunión con el público. No faltó ningún ingrediente. Todos confluyeron para llevar al Real Madrid a la Final Four.
Después de cinco minutos de soltar nervios en forma de imprecisiones en el pase y en el tiro, el baloncesto se templó en las manos del Real Madrid; del Olumpiacos, también. Era normal. Estaba en juego el pasaporte a la Final Four de Milán. El caramelo era más que jugoso. A partir de ese momento, el cuadro de Laso, aupado de forma sobresaliente desde las gradas, tomó el mando del encuentro. A base de un defensa asfixiante, velocidad en las transiciones y un mejorable acierto en canasta empezó a trabajarse el triunfo.
Sus primeras ventajas aparecieron con el espíritu de Llull (15 puntos al descanso). El base está en un estado de forma inmejorable. Tira del equipo y contagia al público. Y más cuando Rudy Fernández aplazó su partido al cometer una tempranera segunda falta personal. Con un esperanzador 18-12 concluyó el primer cuarto. Y otro dato más: Olympiacos sólo una canasta de dos. Y otro más: sin noticias de Spanoulis (Darden se empleó a fondo).
Fue entonces, cuando asentadas las bases del triunfo, el Real Madrid quiso establecer tierra de por medio respecto a los griegos, el defensor de la corona europea. Lo hizo explotando su misma receta y mejorando notablemente en el acierto. Nada más empezar el cuarto: 11 puntos arriba (23-12). Se trató de un aviso. Superado el ecuador, hasta 13 puntos de ventaja tras dos triples consecutivos de Sergio Rodríguez (38-25). Parecía irse el Real Madrid, pero algo hay en el ambiente que hace que Olympiacos se recupere. Apareció, además, Spanoulis y los árbitros, con unas cuantas decisiones polémicas, como una técnica a Laso, a pesar de permitir minutos antes todo tipo de privilegios a la estrella helena. Al descanso, 40-34. Tocaba remangarse, otra vez, como en otros tantos encuentros.
Olympiacos, sólo Spanoulis
El tercer conato de escapada tampoco se materializó. Mediado el tercer cuarto, el Real Madrid se posicionó, nuevamente, con once puntos a favor (52-41). La aparición de Mirotic, sumado a acciones esporádicas de Rudy Fernández y esa defensa de cátedra hacían tambalearse a Olympiacos, pero siempre resistían. Ni siquiera el que los árbitros cortaran, mínimamente, las protestas de Spanoulis. Técnica tras la enésima protesta.
Se alcanzó el cuarto período con todo abierto, a pesar de esa ventaja del Real Madrid (59-52). Era el momento de la verdad. Todo o nada. Sin opción ya a desperdiciar ventajas o continuar haciendo la goma. Fue entonces cuando apareció Rudy Fernández, con dos canastas espectaculares, para impulsar al Real Madrid (66-54). El relevo lo cogió en forma de rebotes y puntos un eterno Felipe Reyes (secundado por Bouroussis). El capitán deseaba ir a Milán. Y también el Real Madrid: 74-61 a falta de algo más de cuatro minutos.
Enfrente sólo Spanoulis era capaz de asumir responsabilidades. El balón era para él. No había otras opciones. Así era complicado imponerse al Real Madrid, en claro ascenso ofensivo y mayor concentración, si cabe, defensiva (sólo permitió 17 puntos al final por 22 a favor). A falta de menos de dos minutos, todo estaba ya en el bolsillo del Real Madrid: 76-62. Otro desenlace que no fuera el triunfo blanco hubiera sido un verdadero milagro. La victoria se coció a fuego lento y se sentenció en un apasionante cuarto final. El Real Madrid, el Rey de Europa, volverá a pujar por una Copa de Europa.
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