Krizovatka, una organización checa que busca cambiar al mundo promocionando valores solidarios, ha creado una nueva campaña publicitaria que está revolucionando internet. El vídeo no necesita palabras, porque aspira a ser universal, y las palabras difieren de un país a otro. Por eso recurre a dos lenguajes que sí son universales: la imagen y la música, comenta el profesor Alfonso Méndiz. La imagen, sin duda, es lo más atractivo. Lo que vemos no es una historia: es una cadena de historias enlazadas por un gran tema: El amor. El eslogan final nos recuerda: “láskou a sluzbou spojujeme cesty” (El amor y el servicio abren nuevos caminos). En efecto, el amor es contagioso: es una medicina que todo lo cura, todo lo sana, todo lo vivifica; y, al mismo tiempo, es un virus que se contagia entre los seres humanos: nos lo transmitimos unos a otros cada día. Todo comienza con la bondad de un niño. Un niño pequeño, introvertido y de color, que se da cuenta de que puede ayudar a otro con solo tender su mano. Su acción es vista por otra persona que se anima a dar a otro lo que ha experimentado. Y así empieza una cadena de servicios que parece no tener fin. El otro lenguaje sin fronteras es la música. La letra de la canción creada por ‘Noah and the Whale’ realza con fuerza extraordinaria estas imágenes inspiradoras: “Si das un poco de amor, puedes recibir amor para ti”. Una invitación a la solidaridad: “Da un poco de amor, ¡y verás lo que ocurre!”. A veces basta un pequeño gesto, como el de tender la mano. Basta con una pequeña acción que inicia una cadena inesperada. Y entonces se opera el milagro. El amor hace posible el milagro de que la vida sea maravillosa. El amor egoísta es el peor de nuestros enemigos. Napoleón dijo: “El más peligroso de nuestros consejeros es el amor propio” .
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