Los reyes Felipe VI y Letizia han emprendido un nuevo ritmo a su estilo desde que son monarcas. Después de la abdicación de Juan Carlos I el pasado mes de junio su sucesor ha dado un golpe de timón para cambiar la cara de la Casa Real que él vio nacer.
Parece que Felipe y Letizia tenían ganas de tomar las riendas de la corona. Para ellos, me dicen personas informadísimas, lo primordial y esencial es, desde su puesto al frente del Estado, actuar como si en lugar de unos privilegiados fueran “gente normal y corriente”.
Desde que han recogido el legado de Juan Carlos I y Sofía han introducido, de forma reposada, algunas novedades, nada fuera de lo normal, y parece que lo van haciendo de forma fluida y con parsimonia. Son unos reyes que se toman su tiempo para renovar la Monarquía que les dejaron sus antecesores.
Felipe VI ha dicho que nadie de su familia puede trabajar fuera del marco de la institución monárquica y que tiene la intención de dar a conocer minuciosamente lo que gasta la familia real cada año. De momento, este año, sigue percibiendo lo mismo que cuando era Príncipe de Asturias, su nueva asignación llegará con los presupuestos del 2015.
Letizia aparece más sonriente, o eso dicen, y también menos tensa que cuando era Princesa de Asturias, quería ser reina para hacer lo que tanto habían hablado ella y el rey cuando eran novios. Los reyes se enamoraron y tuvieron siempre muy en cuenta cual iba a ser su destino, trabajar por España y los españoles.
Semana movida
Esta pasada semana ha sido muy movida para Felipe VI y Letizia, desde que llegaron a Palma de Mallorca el pasado lunes no han dejado de ejercer como reyes.
Han posado en las escaleras de Marivent con sus hijas, Leonor y Sofía, la primogénita, a sus ocho años, saludó a los periodistas desplazados a Palma de Mallorca para hacer su trabajo. Letizia sonrió, nada que ver con la Letizia del año pasado que se mostró esquiva y desapareció antes de hora.
Entonces se habló de distanciamiento entre ella y su marido, dejaron correr el tiempo y todo quedó en un susto pasajero. Felipe y Letizia, mejor que nunca. Este año en Palma de Mallorca se está conociendo la mejor versión de Letizia y de Felipe.
El rey, avezado a hacer lo que debía hacer, también ha tenido momentos duros en esa maravillosa isla, durante años, cuando era tan sólo Príncipe de Asturias, no aparecía nunca la sonrisa en su semblante y cuando llevaba la caña del “Aifos” la mayoría de veces lo hacía más por obligación que por devoción.
La familia real en tantos años nunca dejaron entrever sus problemas, sus dolores y su, alguna que otra vez, malestar, durante 40 años han celebrados sus vacaciones en Marivent durante el mes de agosto, tuvieron invitados de otras casas reales, se pasearon por Palma y su imagen se exportó al exterior de tal forma y con tan buena factura que Palma de Mallorca se abrió al mundo.
Después vinieron los años más difíciles, la imputación de Iñaki Urdangarín, Caso Noos, divorcio de Elena, soledad de la reina Sofía, infidelidades de Juan Carlos I y sus cacerías. Llegó el caos, se supo que las relaciones de Letizia y el rey Juan Carlos I eran todo menos dinámicas.
Desde que abdicara el rey Juan Carlos I y cogiera las riendas Felipe VI Letizia ésta está mucho mejor. De cualquier manera no todo es un lecho de rosas y cabe hacerse muchas preguntas.
El rey ni vota ni legisla
Renovar la Monarquía, sí, pero, ¿hasta dónde?, ¿cómo? La Monarquía es una institución obsoleta sin mayores obligaciones que las de representación, el Rey está informado de lo que sucede a los españoles pero no vota ni legisla. Está por encima del bien y del mal pero su vara de mando está destinada a la representación institucional. Poco más.
Este verano en Marivent los monarcas han substituido la tradicional cena con las autoridades isleñas por un recepción- fiesta en el Palacio de la Almudaina a la que invitaron a trescientas personas pertenecientes al espectro social de las Baleares, entre ellos había miembros de los sindicatos mayoritarios, el presidente del Banco de Alimentos, representantes de Projecte Home, Asnino, Caritas y del colectivo Gay, Lesbianas, Transexuales y Bisexuales, además de una amplia muestra del mundo de la política, la cultura, la ciencia, las artes y el deporte.
En esta recepción palmesana los Reyes cambiaron la habitual cena a la que solían acudir una treintena de representantes del mundo de la política para abrir las puertas de Almudaina a 300 miembros de la sociedad civil palmesana que pudieron degustar las delicias servidas por el restaurante Jardín de la mano de la chef Macarena de Castro laureada con una estrella Michelin.
Toda esta positividad que alegra las noches de verano con bochorno incluido tiene una doble lectura, los reyes abren la mano pero los ciudadanos deben pagar su parte de esta fiesta ya que la Monarquía sufraga sus gastos por medio del presupuesto que recibe vía impuestos que pagamos todos los ciudadanos.
Sería preciso saber hasta qué punto la nueva imagen de la nueva familia real interesa a los ciudadanos. Es obvio que una fiesta de estas características lleva implícito el intento de mostrar a la opinión pública una nueva imagen de los nuevos inquilinos del trono y de Marivent, una imagen que quiere ser cercana pero que no puede olvidar que el pueblo español está viviendo una intensa crisis económica que, entre otras cosas, ha obligado a marchar del país a muchos miles de jóvenes para buscarse las habichuelas lejos de casa mientras son miles las familias con todos sus miembros en paro y sin percibir subsidio ni prestación alguna.
El Gobierno miente
El Gobierno miente, una vez más, cuando afirma a bombo y platillo que ya estamos saliendo de la crisis, los únicos que hasta el momento están obteniendo beneficios en su cuenta de resultados son los bancos y algunas empresas que, gracias a la reforma laboral de Rajoy y sus ministros pueden despedir a los trabajadores pagando menos indemnización y substituyéndoles por otros a los que pagarán muchos menos. Esa es la verdad y es uno de los temas a los que los reyes tendrían que dedicar sus esfuerzos, el rey no legisla pero sí que puede aconsejar a quienes mandan en el país.
Si de verdad quieren estar cerca del pueblo quizá deberían escucharlo pero no desde la piscina de su palacio, el “sarao” de la Almudaina estuvo bien, pero a muchos de los representantes de la sociedad civil que acudieron deberían escucharles en audiencia privada para que les puedan trasmitir sus necesidades y las de los colectivos a los que representan. La recepción palaciega no era el lugar idóneo para intercambiar seriamente opiniones, tan sólo sirvió para la foto de recuerdo en un palacio que supone un importante dispendio anual, un dinero que costean todos los isleños y que sería importante que los ciudadanos conocieran cuánto les cuesta el mantenimiento de una residencia real a la que a partir del nuevo reinado tan sólo acudirán los reyes, según la Casa Real, durante una semana, este año del 5 al 12 de Agosto. Siete días, es lo que hay. Mucho dinero para estas islas, es la manera de ver las cosas.
Marivent residencia de la familia real, ¿también para los reyes salientes?
La reina Sofía llegó este año antes que nunca a Marivent, lo hizo acompañada de su hermana y parece que ella si va a estar en la isla todo el mes, aprovechará todos los días de que dispone y parece que tenía interés en ser acompañada por algunas amigas. También sería interesante que cuando el próximo año Casa Real de a conocer cómo y en qué se han gastado el dinero que de los impuestos de los españoles corresponde al presupuesto de la realeza se detallara concienzudamente qué parte, si es que es así, se paga de las vacaciones de doña Sofía en Marivent.
En la fiesta en la Almudaina se vio claramente el apoyo de la reina Sofía a su hijo, Felipe VI, y lo separada que está del rey saliente, don Juan Carlos I. Es cierto que Juan Carlos I ese día estaba en Colombia asistiendo a la investidura del presidente Juan Manuel Santos, era imposible que estuviera en Palma pero después de la investidura regresó inmediatamente a España, es decir, como muy tarde y dejándole un poco de descanso, el sábado, día de la entrega de premios de la Copa del Rey de Vela, podría haber llegado a la isla.
Juan Carlos I ha dejado claro que no va a ir a Palma este año, ¿es una decisión del rey Juan Carlos I? ¿O son los nuevos reyes que apoyando a la reina Sofía le dejan “su” espacio para vivir lejos del marido que la dejó sola? Vamos a estar atentos, habrá muchas novedades. Este otoño será más caliente que este verano que no celebramos.
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