La activista británica fundadora del movimiento 'no-poo' ('anti champú'),
Lucy Aitken, asegura que utilizar sustitutos naturales o sólo agua, en lugar
del champú y el acondicionador, no sólo permite ahorrar dinero, sino que mejora la calidad del cabello.
El mundo gasta cada año un 7 por ciento más de dinero en productos
para el pelo, según analistas del grupo Goldman Sachs, sin embargo,
Aitken afirma que es un gasto innecesario, como acredita su larga melena
castaña, que lleva dos años sin lavar con champú.
A través de su libro, 'Happy Hair: The definitive guide to giving up shampoo' ('Cabello feliz:
La guía definitiva para dejar el champú'), Aitken explica que decidió dejar de lavarse el pelo
después de leer un estudio que aseguraba que las mujeres se ponen hasta 515
productos químicos en sus cuerpos a diario.
"Primero pensé, '¡ja!', no me han buscado a mi", ha afirmado la activista, aunque ha
añadido: "Pero después miré la parte de atrás de mi champú y me di cuenta de que había
muchísimos ingredientes que no reconocía", según ha publicado el diario 'The Telegraph'.
"Siempre quise saber si la leyenda urbana de que si dejas tu cabello lo
suficientemente largo comenzará a lavarse solo era cierta o no. Cuando me convertí en
madre, pensé que debía vigilar más que ponía en mi cuerpo, así como en el de mis hijos", ha
aclarado Aitken.
En lo que se refiere al olor, Aitken ha explicado que "estamos acostumbrados a
perfumes que huelen a limpio" y que ahora su cabello "huele a humano". Además, ha
añadido que su pelo se engrasaba el día siguiente a lavarlo y que, desde que ha dejado el
champú, no tiene grasa.
EL MOVIMIENTO 'ANTI CHAMPÚ'
La teoría que sustenta el movimiento 'anti champú' es que este retira del cabello sus
aceites naturales, lo que obliga al pelo a generar nuevos aceites que los reemplacen. El
resultado es un exceso de aceite, lo que engrasa el pelo.
Aitken asegura que cuánto más champú utilizas, más necesitas y con mayor frecuencia.
Lavándolo sólo con agua o con componentes naturales, el cabello vuelve a su balance
natural, produciendo aceite suficiente para mantenerse suave y libre de grasa.
Sin embargo, hasta llegar a ese momento, se produce lo que Aitken ha denominado "un
periodo de transición delicado", en el que el cabello continúa produciendo aceites en
exceso durante algunas semanas.
Lo que Aitken hace es lavarse el pelo con agua cada tres o cuatro días, y "cada diez o
catorce días me pongo un huevo en el pelo, o algo de bicarbonato de soda".
Además del bicarbonato de soda, otro de los productos estrella para dejar el champú, sin
recaídas, es el vinagre de sidra. También es útil el cepillado, ya que dispersa la grasa. Aitken
también aconseja un sombrero o bufanda, para tapar el cabello cuando esté demasiado
sucio.
Por último, Aitken apunta el ingrediente fundamental para dejar cualquier vicio, la voluntad,
proyectando como resultado un pelo lustroso, saludable y brillante, sin ningún esfuerzo
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