Era meticuloso, estricto, profesional, inquieto, riguroso, muy trabajador, amaba a las mujeres con talle de avispa, cuello de cisne, elegantes y con pocas curvas. Escribo sobre Manolo Pertegaz que este fin de semana se ha ido para siempre. Deja tres sobrinas y a Belén y a Ángel, dos personas que formaban parte de su equipo y que son como su familia.
Pertegaz era el último bastión de un grupo de diseñadores que han amado la aguja más que cualquier otra cosa en la vida y desde su juventud se entregaron a su trabajo, en el caso de Manolo desde su adolescencia.
Pertegaz nació en 1918 en el pueblo de Olba (Teruel), su familia era de extracción humilde y cuando Manolo cumplió 9 años se trasladaron a vivir a Barcelona. Con pocos recursos en las arcas familiares Pertegaz pudo estar pocos años en la escuela, a los 12 años se puso a trabajar de ayudante en la sastrería Angulo de Barcelona, allí descubrió cuánto amaba el mundo del diseño, cuánto amaba hacer vestidos para hacer más guapas a las mujeres. En sus ratos libres cosía vestidos para las mujeres de la familia Angulo y pronto se emancipó, a los 24 años abría su primera tienda de costura para hacer trajes de señora en la Diagonal de Barcelona.
El aislamiento de los años 40
Manolo aprendió rápido, tenía mucha imaginación y siempre ha explicado que: “El aislamiento español de los años 40 obligó a los creadores a ser originales” Su máximo esplendor le llega en los años 50 y 60, ocupó por merito propio el pódium de la alta costura española al lado de Balenciaga, Pedro Rodríguez y Elio Berhanyer.
Fue un rompedor, encogió las faldas de las señoras y alargó los escotes, comentado fue el abrigo que cosió para la boda de
Bibis Salisachs con Juan Antonio Samaranch, Bibis fue una de sus más grandes clientas a la que vistió hasta que ésta falleció.
En el año 1969 abre su segunda tienda de costura, en este caso en Madrid y entre los talleres de las dos ciudades
Pertegaz da trabajo a setecientas personas.
Antes, en 1957, cuando
Christian Dior muere de un infarto la casa de moda parisina propone a Pertegaz que se vaya a París a vivir para llevar las riendas de la alta costura de la mítica casa Dior, Pertegaz decide seguir trabajando en Barcelona y Madrid, en esos momentos está en los más alto del pódium ya que años antes conquista el mercado americano y vende sus creaciones en todo el mundo.
Reclamado en todo el mundo
Le reclaman desde Nueva York a Egipto, sus diseños gustan, las mujeres que acuden a él se sienten escuchadas,
Pertegaz tiene sello propio y sabe adecuar cada modelo a cada estilo de mujer, no todas son altas espigadas y con aire de modelo.
Trabaja de sol a sol, construye sus encargos con precisión y sabe qué vestido necesita cada mujer en cada encargo que le hacen.
Tiene las vitrinas llenas de preciados galardones, los más importantes del mundo de la moda, tanto españoles como mundiales. De la Universidad de Harvard, de Filadelfia, de París, de Nueva York, etc. ama todos estos trofeos y en una de las muchas entrevistas que le realicé explicaba el por qué:
“En ellos veo reflejado mi trabajo, mi trabajo es mi vida y significa, siempre, un gran esfuerzo, además me hace feliz verlos porque así me doy cuenta de que las instituciones también reconocen mi trabajo cotidiano”.
Vistió a la cantante
Salomé para el festival de Eurovisión de 1969, que ganó con el tema “Vive cantando”, con un espectacular diseño de flecos en seda y porcelana que pesaba 14 kilos, en 1992 vistió a la modelo Pat Cleveland de Dama del Paraguas en uno de los actos paralelos que se celebraron en Barcelona con motivo de los Juegos Olímpicos de Barcelona 92.
Vistió a
Carmen Polo, Paulette Godard, Audrey Hepburn, Jackie Kennedy, Marisa Berenson, María Teresa Bertrand, Condesa de Romanones, y a la Reina Sofía durante 10 años.
Vivía en lo alto de una montaña
Vivía en el Maresme, en Pineda de Mar, en lo alto de una montaña desde donde veía el mar Mediterráneo, en el atardecer contemplaba las puestas de sol y por las mañanas saboreaba el olor de la montaña a la hora de desayunar. Su casa, una masía restaurada con muy buen gusto en donde la máxima era “menos es más”.
A
Pertegaz le gustaba el arte y en su masía tenían hermosas pinturas, muebles antiguos de cuño estricto, uno de estos muebles de estricto sello marcado por los años era su cama, y en sus habitaciones habían diversas y variadas porcelanas y piezas vanguardistas de reconocidos artistas, en esta casa, que visité, predominaban los espacios abiertos, grandes ventanales para dar entrada a la luz exterior que llegaba de la montaña con el olor del mar en la lejanía, el blanco y negro eran sus colores predominantes, con una armonía que sólo se veía recortada por el torreón de la casa, vivía en una masía reconstruida pero sin faltar al respeto de su arquitectura original.
Marisa Berenson, Audrey Hepburn, Condesa de Romanones
En el torreón
Manolo tenía dispuesto el espacio para invitados, allí habían descansado Marisa Berenson, Aline Griffith, (Condesa de Romanones), y Audrey Hepburn
Era amable y en las distancias cortas muy divertido, tenía un sentido del humor muy estético, era muy delgado y en sus manos se podía apreciar el arte de saber modular sus trajes con esas manos precisas y concretas. Podía crear un traje a medida sin patronaje, nunca lo hizo pero era fundamental para este maestro tener delante a la mujer que iba a vestir para conocer con exactitud las proporciones y cómo iba a ser ese vestido.
Vistió a toda la burguesía catalana
En la celebración de sus ochenta años sacó a la calle la primera colección para hombre, mucho antes había cerrado su imperio, cuando llega el prêt-à-porter al mundo de la moda y a las tiendas a
Pertegaz le afecta la crisis y su vida toma otro rumbo, cierra las tiendas que ya dejan de interesar a tantas clientas y decide trabajar para las clientas que van a su taller de la Diagonal de Barcelona. Tiene una larga lista de mujeres de la burguesía catalana que adoran sus vestidos y le visitan con frecuencia para que las vista en fiestas y eventos importantes, se hace imprescindible, sus clientas están habituadas a la perfección, a escoger sus telas, Pertegaz está en todo y a todas horas por y para ellas.
Este invierno una amiga de Madrid me llamó para conocer si yo sabía si
Pertegaz estaba aún en activo, le dije que no sabía con exactitud si trabajaba como antes pero podía averiguarlo, llamé al taller de la Diagonal, me atendió Belén y me dijo que sí, que Manolo seguía estando en activo y que la producción se hacía de forma más tranquila pero se aceptaban encargos.
Mi amiga quería, como yo y tantas personas que amábamos el trabajo de
Pertegaz, un vestido de blonda de color rojo para una importante fiesta familiar y una chaqueta de diario para poder combinar con faldas y pantalones.
Lamentablemente mi amiga tuvo problemas laborales y no pudo llamar, se ha quedado sin sus
Pertegaz, lástima, que yo no tenga un Pertegaz es natural, nunca pude pagar sus precios, pero que una persona que tenía recursos se haya quedado sin un deseo como éste hay que lamentarlo, un vestido de Manolo era mucho más que un vestido, era una obra de arte y aquí y en este caso concreto, no se admiten ni reproducciones, ni imitaciones.
La
Casa Real quiso recompensar la trayectoria del maestro encargándole el vestido de boda de Letizia Ortiz, actual reina, en aquellos momentos Pertegaz era el único que quedaba para que pudiese realizar un vestido adecuado para la ocasión y no defraudó.
Como siempre con sus pocas palabras manifestó su alegría por este trabajo, en algún momento dijo que entre él y
Letizia había “muy buena sintonía”, le creo, siempre fue muy educado pero tengo informaciones fidedignas que aseguran que Letizia quiso imponerse al creador en alguna de las pruebas de la obra de arte que le diseñó para dar el “si” a Felipe.
Sus cisnes
Manolo Pertegaz se ha ido, ignoro cómo va a quedar su taller. Las personas que trabajaban con él tenían un largo recorrido laboral realizado al lado del creador turolense de nacimiento y catalán de adopción.
Quiero desear que en los últimos años alguna persona joven con deseos de prolongar el estilo de
Pertegaz haya trabajado con él y haya aprendido los secretos de esas manos prodigiosas para seguir todas las enseñanzas del gran maestro Pertegaz, siempre único. Ahora Manolo descansará al lado de dos grandes mujeres que admiró por su estilo, por su forma de ser, de moverse y de estar, Audrey Hepburn y Jackie Kennedy. Dos cisnes.
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