El fiscal general del Estado, Eduardo Torres-Dulce, reiterará su orden al
fiscal superior de Cataluña, José María Romero de Tejada, para que en
los próximos días formule querella contra el presidente de la Generalitat,
Artur Mas, y dos de sus consejeras por varios delitos, entre ellos el de
desobediencia, por su papel en el denominado proceso participativo del
9N. La decisión cuenta con el aval mayoritario de la cúpula fiscal que se
reunió este miércoles durante algo más de cuatro horas.
La orden de Torres-Dulce, cuya propuesta se dirige contra Mas, la
vicepresidenta Joana Ortega y la consejera de Educación Irene Rigau por
los delitos de desobediencia, malversación, prevaricación y de obstrucción a la Justicia o
usurpación de atribuciones judiciales, incluirá las precisiones de carácter técnico
realizadas durante la reunión.
Según las mismas fuentes, además de varias reticencias de carácter técnico referidas a
los delitos propuestos, tan solo dos fiscales han mostrado dudas de calado sobre la
procedencia de interponer una acción penal contra los responsables de la Generalitat. Se
trata del fiscal del Tribunal Supremo Pedro Crespo y del jefe de la Fiscalía de Seguridad
Vial, Bartolomé Vargas.
El primero ha manifestado reticencias respecto de si una resolución del Tribunal
Constitucional, un órgano no forma parte del ordenamiento jurídico en sí, debe ser
considerada directamente ejecutable; mientras que el segundo ha mantenido que la
acción de la Fiscalía debería realizarse en apoyo a las demandas ciudadanas que ya han
llegado contra Mas al Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC).
El debate se ha desarrollado en tono cordial y cada uno de los intervinientes ha ido exponiendo su postura sin que se haya producido ninguna votación. Fuentes de la Fiscalía General que lo ocurrido se inscribe en la "normalidad estatutaria" ante la discrepancia planteada por el fiscal de Cataluña a cumplir la orden que le formuló Torres-Dulce el pasado lunes.
Al término de la reunión el único en atender a la prensa fue el fiscal del Tribunal Supremo y
exfiscal jefe de la Audiencia Nacional Eduardo Fungairiño, quien afirmó que durante
cuatro horas ha dado tiempo a discutir el fondo de la propuesta de Torres-Dulce y que él
se había posicionado a favor de la misma.
PROPUESTA DE TORRES-DULCE
En su propuesta ante la cúpula fiscal, cuyo contenido será el que previsiblemente remitirá
la Secretaría General Técnica a la Fiscalía de Cataluña, se sostiene que el contenido de la
orden de suspensión dictada por el Tribunal Constitucional (TC) el pasado 4 de noviembre
fue "absoluta, tajante e inequívoca", "no dejaba margen alguno a la duda" y afectaba a
toda actuación que contribuyera a impulsar el denominado proceso de participación.
Según esta propuesta, que fue defendida por Torres-Dulce durante la reunión la
suspensión del Tribunal Constitucional afectó también a las actuaciones que no se
hubieran formalizado jurídicamente "precisamente para prevenir actuaciones materiales
en fraude de ley o vías de hechos buscadas intencionadamente para impedir su eventual
impugnación". En los actos de impulso de estas actuaciones participaron de forma
"personal y directa" Mas y su vicepresidenta, según el fiscal general.
"El incumplimiento de dicha orden, consumado en el curso de la jornada de votación del 9
de noviembre, ha lesionado de manera efectiva otro bien jurídico: la integridad de la
jurisdicción del TC y la eficacia de su tutela cautelar del orden constitucional", añade la
propuesta de modo tajante. Los hechos a su juicio "integran todos los elementos delito de
desobediencia".
Frente a esta postura los 24 fiscales de Sala presentes en la Junta tenían la mantenida en
la eunión que celebraron el lunes los nueve miembros de la Junta de Fiscales de Cataluña
y que fue remitida a la Fiscalía General del Estado para justificar su negativa a interponer
la querella. Los criterios mantenidos por los fiscales catalanes eran totalmente opuestos
a los de la Fiscalía General.
Según esa acta, los fiscales opinaron que el hecho de que el Tribunal Constitucional (TC)
no dirigiera a la Generalitat una advertencia expresa en la providencia por la que
suspendió la consulta alternativa "parece responder a una decisión meditada" de este
órgano y dificulta que pueda hablarse de un delito de desobediencia.
La Junta de Fiscales de Sala, cuya opinión no es vinculante, está integrada por 26
fiscales, además de Torres-Dulce, y se trata de cargos que en su mayoría no fueron
designados durante su mandato, sino que corresponden al de Cándido Conde-Pumpido.
Tan solo tres corresponden a la etapa del actual fiscal general: el fiscal jefe de
Siniestralidad Laboral, Anselmo Sánchez-Tembleque; el responsable de la Secretaría
Técnica de la Fiscalía Jaime Moreno y el recientemente designado teniente fiscal del
Supremo Luis Navajas.
Hoy solo faltaron el fiscal del Supremo Juan Ignacio Campos, que se encontraba enfermo
y el fiscal togado militar, Fernando Marín Castán, que aún no ha tomado posesión de su
cargo.
La Junta la integran el teniente fiscal del Tribunal Supremo --el recientemente designado
Luis Navajas-- varios fiscales más del Supremo, entre ellos Eduardo Fungairiño; los
fiscales jefes de la Audiencia Nacional y el Tribunal Constitucional,**los responsables de
las fiscalías especializadas (Anticorrupción, Drogas, Seguridad Vial, Siniestralidad
Laboral, Cooperación Internacional, Extranjería, Menores, Medio Ambiente, Violencia de
género) y los jefes en la Secretaría Técnica, de la Inspección y de la Unidad de Apoyo.
Según el artículo 15 del Estatuto Fiscal, esta junta "asiste al Fiscal General del Estado en
materia doctrinal y técnica, en orden a la formación de los criterios unitarios de
interpretación y actuación legal".
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