El ministro de Asuntos Exteriores y Cooperación, José Manuel García
Margallo, defendió este martes en La Habana el valor del pluralismo y
destacó los principios que hicieron posible la Transición española a la
democracia: la legalidad, la búsqueda del consenso y el mandato de
buscar la concordia.
Margallo se expresó así en la conferencia "Vivir la Transición: una visión
biográfica del cambio en España", pronunciada en el Instituto Superior de
Relaciones Internacionales, ante diplomáticos, descendientes de españoles y jóvenes.
El ministro, que hizo un repaso de la Dictadura de Francisco Franco y relató su
experiencia personal de la Transición, utilizó además un texto de la filósofa Adela Cortina
para defender que "es posible replicar esa tarea en cualquier punto" del "mundo global".
Ese texto destaca que es "injusto que las gentes mueran de hambre o de sed", que
"algunos carezcan de vivienda, que no tengan atención sanitaria, que no reciban una
educación de calidad, que queden abandonados cuando ya son ancianos o están
enfermos", y también que "no pueda expresarse libremente, asociarse con quien lo desee,
desplazarse por un territorio, que nadie le defienda si es acusado". También es injusto,
dice, "que unas personas sean consideradas inferiores a otras por su religión, por su sexo o
por su raza", así como la "violencia del maltrato, los castigos físicos, la tortura y el
terrorismo".
En su discurso, el ministro recalcó que los líderes políticos de la Transición buscaron el
bien común y renunciaron "los que tenían la mayoría a imponer a la minoría una
Constitución partidista", sino que se redactó una "para todos".
"Escogimos de la memoria y de la historia aquello que favorecía la integración, no lo que
dividía a la sociedad. No quisimos convertir el parlamento en el lugar donde se debatía la
historia", ha subrayado el titular de Exteriores.
Margallo también puso en valor los Pactos de la Moncloa, por los cuales todos los
partidos y sindicatos se comprometieron "a repartir equitativamente los sacrificios
derivados de la crisis entre todas las clases sociales" para hacer frente a las
consecuencias de la crisis económica de 1973 antes de abordar la redacción de la
Constitución.
IMPOSIBLE SIN "TABLA RASA" DE LOS DELITOS POLÍTICOS
Y también ha incidido en que el texto de 1978 "tampoco hubiese sido posible sin hacer
tabla rasa de los delitos políticos cometidos durante el franquismo". "Por eso se aprueba
una amnistía tan generosa que permite que, por primera vez en nuestra historia
democrática, no haya un solo preso por razones políticas", ha justificado el ministro.
Margallo ha aprovechado para recordar a los embajadores europeos que partidos y
fundaciones de sus respectivos países asesoraron a los españoles en la Transición y les
ayudaron a "esquivar muchos obstáculos".
El jefe de la Diplomacia ha parafraseado a Julián Marías para opinar que uno de los
aciertos de la Transición fue "que lo que primero se recuperó fueron las libertades de
asociación y de expresión", un año y medio antes de las primeras elecciones.
Esas libertades, a su juicio, facilitaron "un intercambio nacional de pareceres y crea una
opinión pública madura, que fue a votar luego con conocimiento de causa". "Es decir,
primero llega la libertad y, luego, el ejercicio democrático del voto", ha dicho.
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