La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha decidido este martes que el brote de ébola en República Democrática del Congo (RDC) siga siendo considerado como una emergencia sanitaria internacional, tras los últimos fallecidos detectados a pocos días de que el país declarara el fin de la epidemia.
El Comité de Emergencia del organismo ha indicado que "si bien hay un riesgo bajo de propagación internacional del ébola, la situación sigue siendo una emergencia sanitaria internacional que requiere coordinación y apoyo internacional".
Así, ha recomendado a RDC "intensificar las actividades de supervisión e investigación de los casos recientemente detectados" y que "expanda el uso de la vacuna en las poblaciones de alto riesgo".
El Comité de Emergencia de la OMS ha abogado además por "seguir fortaleciendo la infraestructura sanitaria contra el ébola" y "reforzar los mensajes en las comunidades sobre el potencial resurgimiento del virus".
De esta forma, ha recomendado a los países en riesgo que "sigan preparados para hacer frente a futuros brotes de ébola" y ha solicitado a la OMS que "mantenga el apoyo a la investigación y respuesta a este brote de ébola".
Por último, ha reclamado a la OMS que "continúe su trabajo con países y socios, incluida la industria, para establecer y mantener una reserva mundial de vacunas contra el ébola" y "lleve a cabo evaluaciones y anime el desarrollo de otras vacunas candidatas que puedan proteger a los trabajadores sanitarios y las poblaciones e riesgo".
RDC y el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, confirmaron el viernes un nuevo caso de ébola en la ciudad de Beni (este), un hombre de 26 años. Tanto este paciente como una niña de once años que estaba ingresada en el mismo centro de salud han fallecido en los últimos días por el virus.
Esta situación ha llevado al cierre de dos centros médicos a los que acudió el citado hombre y a la puesta en cuarentena a todo el personal sanitario ante el riesgo de que estén contagiados, según ha informado la emisora congoleña Radio Okapi.
Las autoridades congoleñas esperaban declarar el fin de la epidemia este lunes, cuando se cumplían los 42 días necesarios sin nuevos casos desde el último alta para dar el brote por concluido.
Desde que comenzó el brote se han detectado 3.456 casos de ébola, con las provincias de Ituri y Kivu Norte como principales focos de la enfermedad, con un total de 2.276 fallecidos, una tasa de mortalidad en torno al 66 por ciento.
El brote se ha convertido así en el más mortífero en la historia del país, sólo superado a nivel mundial por la epidemia que se cebó a partir de 2014 con la zona occidental de África, donde perdieron la vida más de 11.000 personas.
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