La pandemia que estamos sufriendo es un hecho histórico, algunos de los más pequeños posiblemente recordarán en un futuro como parte afectada y no deberían de olvidar. Recordarán que estábamos confinados, algunos aplaudían a todos los que han luchaban directamente contra el COVID-19, se expusieron contagiándose e incluso falleciendo, otros sufriendo estrés y depresiones, como los médicos, sanitarios, celadores, auxiliares de limpieza o cocina en Hospitales o Residencias, farmacéuticos, bomberos, fuerzas del orden, incluso militares.
Pero estamos en el presente y, ahora imagínate que tú eres una de esas personas con ciertos estudios, de relativa buena posición social, o con licenciatura, maestría, diplomado o un buen técnico de los que han permanecido encerrado en casa. Mientras el transportista, el barrendero de tu barrio o el basurero nocturno, el agricultor español o inmigrante, el panadero, la cajera del super o de cualquier tienda, el repartidor del gas, el empleado de la gasolinera..., todos ellos han sido indispensables y esenciales durante el confinamiento, mientras tú no lo eras.
Piensa, y nunca más te atrevas a vejar o mirar por encima del hombro a todos esos desconocidos, no seas de los que flotan en lugar de caminar. Pisa la tierra de tu entorno igual que ellos y devuelve con un gracias, una sonrisa o un saludo cuando te cruces con ellos, sé más humilde como pago por contribuir a que tu confinamiento haya salvado muchas vidas y, en las fases siguientes sé tú uno de ellos, guarda las normas y evita la propagación, en ello va tu vida y la de tus seres queridos.
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