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​Conociendo a … Jorge Luengo

"El Storytelling es una de las mejores técnicas que se conocen en el mundo para captar la atención de las personas"
Alfonso Miñarro López
miércoles, 3 de junio de 2020, 08:49 h (CET)

Jorge Luengo quedó prendado por el mundo de la magia a temprana edad. A nivel académico cuenta con tres ingenierías, título superior de Inglés y un máster de Neuropsicología por la Universidad Internacional de la Rioja.

En su palmarés como ilusionista destacan los Premios Nacionales de magia, en Francia 2006 y en España 2008, además de campeón del mundo de ilusionismo en Pekín 2009.

Compagina su actividad como ilusionista, con la de conferenciante y presentador para numerosas empresas, foros y congresos por todo el mundo utilizando una metodología emocional propia, para fijar mensajes memorables.

En el mundo de la televisión, también hizo su incursión, con el programa “Desafío Mental” para Discovery Max, donde mostraba la capacidad que tiene nuestra mente para lograr desafíos imposibles.

Autor del libro “Supertrucos mentales para la vida diaria”, cuya intención es mejorar el uso de la memoria, optimizar la gestión del tiempo y desarrollar nuestras capacidades negociadoras.

Entrevista

- Las palabras son transmisoras de ideas y reflejan lo que piensa una sociedad. Entre las palabras mago, ilusionista, mentalista, prestidigitador, ¿qué término se ajusta más a su actividad profesional?

Es curioso porque justo con lo que me acabas de preguntar es como comienzo mi libro, explicando las diferencias entre estas palabras.

Considero que la palabra mago es muy bonita, pero mago es Harry Potter porque tiene varita, hechizos, pociones. En definitiva tiene Hogwarts.

Los demás somos ilusionistas, personas que nos dedicamos a crear ilusiones. Es verdad que dentro de las ramas del ilusionismo hay una en particular que a mí me gusta mucho, que es la del mentalismo. No me definiría solo como mentalista porque sería dejar fuera otras muchas cosas que me gustan mucho.

Por otra parte, la palabra ilusionista es demasiado larga en castellano y a veces por comodidad del lenguaje decimos mago, pero realmente yo soy, o me siento ilusionista.

- Al igual que en las profesiones STEM (Ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas), a nivel profesional no se prodigan mucho las mujeres en el mundo de la magia, ¿cuál puede ser el motivo?

Tanto en el mundo científico como en el de la magia, - dos campos a los que pertenezco, como ingeniero y como ilusionista -, se prodigan poco las mujeres principalmente por la falta de referentes.

En EE. UU. cuando por ejemplo tienen déficit de profesionales sanitarios hacen series como “Urgencias” de George Clooney o “House” y esta política les ha funcionado muy bien.

En mi opinión necesitamos referentes femeninos en distintos ámbitos para que las chicas puedan decir “Quiero ser como…” o “Me gustaría convertirme en …”, y llevado esto al mundo de la magia son necesarias mujeres magas, para que más niñas quieran ser magas.

Los hombres solemos ser más introvertidos y al contrario de lo que la gente puede pensar, el ilusionista no es un artista al que le guste estar sobre un escenario. El ilusionista en la mayoría de los casos es una persona tímida, con mentalidad de resolver un problema, de ahí que muchos de los inventores que conocemos eran aficionados a la magia.

Las mujeres son muy superiores a nosotros en todos los sentidos. El cerebro de las mujeres está mejor preparado y por lo general suelen ser más sociables, por lo que la magia la practican menos.

Pero sinceramente creo que en un futuro esto cambiará, y ya que distintas personas aportan distintos puntos de vista, será beneficioso para que siga creciendo nuestro arte.


- Misdirection o el arte de la distracción, es esencial para llevar a buen puerto un número de magia, ¿qué importancia ejerce en esta técnica el modo de comunicación que envuelve la ejecución de un número?

El Storytelling es una de las mejores técnicas que se conocen en el mundo para captar la atención de las personas. No hay duda de que contar historias, anécdotas y momentos personales ayuda a que captemos la atención, y por supuesto el mundo de la magia bebe de esta corriente de contar historias para llegar a las personas.


La misdirection es cómo guio la atención, hacia un punto o hacia otro. Su traducción más correcta sería la desatención, es decir llevar la atención del público hacia el punto donde al mago le interesa, para que no pueda ver donde ocurre” la trampa”.


La misdirection se produce por varios motivos, siendo la actitud corporal fundamental. Por ejemplo el movimiento de los brazos en línea recta o en línea curva hace que se siga de una manera o se siga de otra. Aquello que se mueve más, se ve más. En la película “Parque Jurásico” hay una escena en la que dicen “No te muevas, que no te ve”.


La misdirection está basada en aplicar varias técnicas simultáneamente, una por supuesto es el storytelling, con la cadencia y los tiempos adecuados en el uso de las palabras, otra es el movimiento del cuerpo y por último la parte facial.


¿Por qué hablamos de la magia que posee la varita? Pues porque allá donde apunta la varita mágica es hacia donde todo el mundo mira, y en este sentido, allá donde van los ojos del mago hay que llevar la atención del público.


- A la edad de 24 años, tuvo que elegir profesionalmente entre dos de sus pasiones, la de profesor y la de mago. En retrospectiva, ¿lo peor de tomar esta gran decisión fue anunciársela a sus padres?, ¿por qué cree que los padres solemos tener la “tara” de preocuparnos más por la estabilidad y la falsa seguridad, que por la felicidad de nuestros hijos.

En mi caso fue curioso. Para mí lo peor de ese momento fue cómo se lo decía a mi madre. Tal vez esto se debiera a que mi padre era aficionado a la magia, a él le gustaba muchísimo, me enseñó todo lo que sabía e iba a entender mi decisión. Sin embargo mi madre que, además es profesora y da clases en un instituto, iba a pensar que estaba renunciando a lo suyo.


En ese momento, es cierto que no tener cargas familiares, me permitía arriesgar, probar y aventurarme sin pensar en el resultado de la decisión y le dije a mi madre. “Mamá, este año le estoy dando muchas vueltas, y creo que no voy a volver a dar clase durante un año. Vamos a ver que tal me va”.


Al ver que lo tenía clarísimo, no insistió en convencerme de lo contrario. Reconozco que se lo tomó mucho mejor de lo que yo esperaba, y ahora mis padres son máximos seguidores de lo que hago. Son de esos padres maravillosos que siempre te apoyan.


Sin duda esta ha sido la decisión más importante de mi vida, pero siempre digo que los estudios te dan la posibilidad de tener varias llaves con las que elegir la puerta que más te interesa abrir en cada momento.


Con respecto a la otra pregunta, en realidad, no es que los padres no quieran la felicidad de los hijos. Lo que creo que los padres pretenden cuando se marchen de este mundo, es que sus hijos estén bien, seguros y tranquilos. Como padres quieren sentirse bien y la forma de sentirse bien, es sabiendo que sus hijos están bien.


En mi caso particular, llevaba muchos años estudiando para ser ingeniero, estudie una oposición, me saque la plaza, me puse a dar clase al lado de casa y es lícito que mis padres pensasen en un principio que no debía de dejar pasar esta oportunidad. Sin embargo ellos se lo tomaron infinitamente mejor de lo que a priori pensaba.


Sé que elegí correctamente porque estoy super feliz con lo que hago.


- Durante un tiempo trabajó como becario de investigación en una universidad., ¿considera que debería regularse mejor la situación de los becarios, para que no se produzcan situaciones de abuso y precariedad ante la esperanza de conseguir posteriormente un contrato laboral digno?

Tengo un amigo que suele decir, que inteligencia y nivel de “pringadez” son directamente proporcionales. Cuanto más inteligente, más “pringao” porque no puede ser que alguien que saca la carrera, con alguna que otra matrícula, le digas que lo vas a tener cuatro años, por decir algo, sin cotizar a la Seguridad Social. En mi caso estuve año y medio y a nivel de jubilación no cuenta para nada.


Considero, que lo que ocurre normalmente es que el estudiante universitario que está de becario lleva años peleando con el sueño “de que el día de mañana conseguiré …”, con lo cual tiene desarrollada la capacidad de espera, como el experimento de esos niños a los que les ofrecen una golosina y les dicen que si aguantan un tiempo sin comérsela los recompensarán con otra igual.


Creo que hay un abuso real en el mundo de los becarios, con independencia del ámbito en el que se desarrolle esa beca.


Entiendo que hay dos formas de verlo. Por una parte, los que piensan que están invirtiendo en formar a una persona con el peligro de que luego se pueda marchar, y están los que pretenden formarlos a precio cero, para que luego se marchen. En esta línea, el creador de Benetton lo que dice es que formes al personal de tu empresa para que puedan marcharse a cualquier otra, pero además tienes que cuidarlos para que deseen quedarse. Y el mundo de la investigación adolece de cuidar a las personas.


- De niños, nos inoculan el virus de ser competitivos con el sistema de calificaciones en el colegio, dejando el trabajo en equipo para otras etapas de la vida, ¿el mundo de la magia es más colaborativo de lo que parece desde afuera?

El mundo de la magia es maravilloso, y le debo todo. Me siento un auténtico privilegiado porque he conocido a personas maravillosas y las puertas que se me han abierto son infinitas. He podido viajar por medio mundo, conocer a mi pareja, disfrutar de cosas que de otro modo nunca habría visto. He vivido experiencias que no podría pagar con dinero.


En el mundo de la magia, como casi en todos los ámbitos de la vida, hay varios niveles de colaboración. En un primer nivel, todo es bonito y maravilloso. Hay un segundo nivel, más competitivo y la verdad, dado que vivía en una ciudad pequeña de Extremadura, no la he sufrido tan directamente como otros compañeros. Luego hay un tercer nivel, de gente diez con ganas de compartir y de mejorar.


La magia es super agradecida y en mi caso las ilusiones las creamos un equipo de personas, y yo soy el actor que representa lo que hemos creado entre todos. Soy consciente de que las cosas ocurren porque hay un equipo que está detrás y hace posible que pueda actuar en un escenario o en un plató de televisión.


En definitiva, el mundo de la magia es más colaborativo de lo que a priori pueda parecer.


- Poseer mirada de mago, le impide disfrutar de la emoción y la sorpresa, a la hora de ver un número de magia, ¿qué les diría a aquellos espectadores que acuden a un espectáculo de magia con la única intención de descubrir dónde está el truco?

Les invitaría a que si lo que quieren es pillar el truco vengan a verme porque ese tipo de espectadores a mí me chiflan. El espectador que quiere descubrir el secreto está mucho más cerca del fan, que el que no quiere pillarlo.


Para mí es un reto personal encontrarme con personas que no creen y tratar de demostrarles que se pueden hacer cosas imposibles. Si lo consigo tras una actuación, esas personas se van súper entregadas.


Por lo general a los ilusionistas no les suele gustar este tipo de espectadores. A mí sí me gustan, porque te exigen estar 

mucho más pendientes, evitando cometer errores y sobre todo haberte fijado desde el principio que esa persona tiene esa mentalidad. En mi caso si detecto a una de estas personas desde el principio, voy a ir a ganármela. Si no me fijo desde el principio en esa persona, lo trataré como a uno más y no es uno más, es una persona que requiere que lo sorprenda, si cabe, más que al resto.


Desde mi punto de vista, les diría que intenten disfrutar y que sigan creyendo en la magia y en los imposibles, y que si son capaces de “pillar” algún truco que disfruten de su éxito porque aunque no lo sepan, son magos en potencia.


- En la universidad, participó en los clubes de debate y ganó algún concurso de oratoria. Si es importante estar dotado con buena oralidad, ¿por qué no copiamos algo bueno de los americanos, que desde pequeños se entrenan exponiendo en clase y en definitiva, a hablar en público?

Un buen amigo mío que trabaja con nosotros y fue compañero de la carrera en Ingeniería de Informática, siempre dice que los americanos se venden muy bien a pesar de que no lo saben todo.


A los españoles se nos ha inculcado la mentalidad de que “los de allá” son mejores que nosotros, y no es cierto. En realidad somos mucho más válidos y estamos mejor preparados de lo que pensamos.


Lo que nos falta es autoconocimiento y saber contar lo que sabemos, esa parte que tú bien dices de la comunicación y en esto último lo saben hacer muy bien los americanos, hasta el punto de que son capaces de venderle iglús a los esquimales.


Es verdad que la educación está cambiando y se está tomando más en serio que los estudiantes expongan en público. En mi caso, como dices estuve en un club de debate. Participé en muchos concursos, pero pasados unos años después de acabar la universidad desgraciadamente desapareció, aunque ahora creo que lo han retomado.


Hoy en día, considero que la capacidad de comunicar se ha vuelto más importante que nunca. Tener un buen contenido y no saber contarlo es similar a no tener ese buen contenido. Creo sinceramente que en este aspecto de la comunicación tenemos que mejorar y en este sentido colaboro con muchas empresas para que mejoren el modo en el que comunican, tanto de forma oral como por escrito.


Tenemos que ser conscientes de la importancia que tiene saber contar las cosas, porque la figura del profesor ya no es la única fuente de conocimiento y tiene que asumir que sabe menos que Google, pero la misión del profesor es, por una parte, la de emocionar y hacer que a los chavales les apetezca aprender, y eso se hace con comunicación. Y por otra, la de conectar con ellos y transmitirles el mensaje adecuado de la manera correcta.


Desde mi punto de vista, deberíamos formar a los chavales en técnicas de comunicación, pero para ello, es necesario formar previamente a los profesionales de la enseñanza, para que en un futuro los chavales tengan esos referentes y puedan decir “Yo quiero ser como ese profesor”


- Aprovechando el auge tecnológico, aparecen en escena los llamados “ciberilusionistas”, ¿Considera que su faceta de Ingeniero superior de Informática, le otorga cierta ventaja competitiva con el resto de los magos, para conseguir el efecto sorpresa de su audiencia, sirviéndose de la realidad aumentada, la realidad virtual, la robótica…?

Hay una ética que cada uno puede cumplir o no, y no es ni mejor ni peor. En mi opinión un corte o un trucaje con la cámara, o hacer una edición de un video es “hacer trampa”.


Considero que tengo muy buenos contactos, buenos amigos que siguen en el mundo digital y la formación para saber qué se puede y que no se puede hacer. En mi caso hago números siempre guardando la ética de que lo que la gente ve en directo y lo que ocurre es de verdad.


La magia siempre se ha apoyado en las tecnologías lo máximo posible para conseguir un resultado óptimo. No cabe duda de que nos tenemos que adaptar a lo que va apareciendo en el mercado, sacándole el máximo provecho para sorprender a los espectadores, que al fin y al cabo es lo que pretendemos.


- La ingeniería, le hizo observar las cosas de forma “cuadriculada” y quiso redondear su visión del mundo estudiando Psicología y Humanidades. Si la gestión de nuestras emociones y habilidades sociales determinan en gran medida nuestra felicidad, ¿Por qué esperar a estudiarlas de adulto y no se introducen unos básicos desde edad temprana?

Considero que conceptos como el de inteligencia emocional tardan en llegar y los tienes que aprender por ti mismo.

Actualmente no está en el currículo y son los profesores, los que por su cuenta, como en el caso de las profesoras de mi hijo, con un conocimiento y unas ganas de enseñar únicas, introducen estos conceptos porque desde su punto de vista, es importante que los conozcan los alumnos.


Considero que deberían ser asignaturas súper importantes y obligatorias y que seguramente favorecerían que a los chavales les apeteciera estudiar. En demasiadas ocasiones intentan aprender porque es lo que hay que hacer.


Lo que no puede ser es que a los treinta años descubras la inteligencia emocional, cómo funciona el cerebro, cómo hacer amigos y descubras cómo no enfadarte con alguien.


Mis padres siempre me decían: “En nuestra época estudiamos para tener una vida mejor que la de tus abuelos”, pero el problema es que los alumnos de hoy en día tienen de todo, de ahí que encontrar el objetivo por el que estudiar resulta más complicado.


Hablando de forma egoísta, los que ya no somos tan jóvenes, tendríamos que plantearnos educar bien a los niños porque nuestro futuro depende de ellos. Necesitamos que los más jóvenes tengan valores, sean felices y cuiden de sus mayores, porque en breve, seremos esos mayores.


Más personal

- El momento ducha, suele fomentar la creatividad de muchas personas, ¿cuándo y dónde congrega Jorge a las musas para lograr sus mejores momentos creativos?

En mi caso para tener momentos creativos tengo varios trucos.

El primero, aunque no es mío, sí que leyendo mucho me pude dar cuenta de que los grandes genios e inventores de la historia tenían un denominador común. Solían estar descalzos. Puede parecer una tontería pero, el tener los pies libres nos hace más creativos.

Para idear algo nuevo, desde mi punto de vista, se necesita tener ordenada la estancia. Si uno ve la serie “Limitless”, en la que al principio aparece Bradley Cooper, el protagonista, para ser un escritor de éxito, es curioso que lo primero que hace es limpiar la habitación y organizarlo todo. Sin duda trabajar en un sitio limpio y organizado donde te sientas cómodo ayuda a ser más creativo porque evita distracciones.

También es verdad que el momento ducha lo empleo porque el agua fría me ayuda a parar en ese momento las ideas. Solo me centro en una idea y no cejo en el empeño hasta que la resuelvo.

- En “Supertrucos mentales”, comenta que siempre lleva un amuleto de la suerte en su bolsillo izquierdo, ¿es supersticioso?

No. No soy supersticioso pero como suelo decir, creo en los calzoncillos de la suerte. Considero el efecto placebo como algo muy poderoso y que funciona muy bien. Nuestro cerebro no sabe distinguir entre algo real y un recuerdo.

En mi caso, llevo una moneda que me regaló mi abuelo y como mi abuelo estaba orgulloso de mí, me sentiré bien, saldré con más energía al escenario, estaré más cómodo y de esa manera lo haré mejor.

Creo que es necesario que tengamos determinados anclajes emocionales, del modo “Con este bolígrafo, firmé mi primer contrato”, pues úsalo siempre que puedas para firmar más contratos con él, porque hará que te sientas más seguro y estés más tranquilo.

- Recientemente, publicaba un tweet con una foto en la que llevaba una camisa de emergencias emercam, acompañado del texto “Son momentos de sacar la magia que hay en cada uno de nuestros corazones”, ¿qué le aportan las acciones solidarias y de voluntariado?

Ayudar a otras personas es con diferencia lo que más feliz hace a alguien. Y sería bueno que esto se lo graben las personas que lean esta entrevista.

Esto le ocurre al noventa y cinco por ciento de la población. Al otro cinco por ciento, si le preguntaras: “Imagínate que eres asquerosamente rico, ya estás cansado de darle vueltas al mundo, ¿A qué dedicarías tu tiempo y tu dinero?”, te responderían que a ser más rico.

Aquellos que ayudamos, somos voluntarios o colaboramos de alguna manera, entendemos que egoístamente lo que nos hace más felices es ayudar a los demás.

En mi caso, cuando tienes un altavoz, sería casi un delito no utilizarlo. Cuando tengo la posibilidad, como en este caso, de que estas emergencias sanitarias lleguen a más personas, no concibo la idea de no ayudarles.

No se trata solo de poner dinero. Se puede ayudar de otras muchas maneras, ofreciendo tu tiempo, tu esfuerzo. Creo que este confinamiento nos debe llevar a pensar que cuando dentro de diez años nos pregunten: “¿Y tú que hiciste?, yo tenga que decirles que hice algo bueno, que descubrí que tengo unos vecinos maravillosos, como es mi caso y no solo que cogí cuatro kilos de más.

- Considera que la clave del éxito en cualquier orden de la vida consiste en las “tres pes”: Práctica, práctica y más práctica, ¿cuánto tiempo dedica habitualmente a la preparación?

Normalmente solemos tardar entre uno o dos años en preparar un nuevo espectáculo.

Aprovechando que la gente que acude a nuestros espectáculos no sabe lo que va a ocurrir, nosotros estamos usando un mecanismo que consiste en estrenar pequeñas ilusiones en ciertos días. Esto nos permite la posibilidad de sondear al público, ver cómo reaccionan ante esa nueva ilusión. Esos pequeños inputs nos dan información sobre los ingredientes que funcionan y los que no.

Cuando estreno un nuevo espectáculo en su conjunto, una vez realizadas estas pruebas previas dentro de otras funciones, tengo más tranquilidad y seguridad. En mi caso hay aproximadamente dos años previos desde que pienso la primera ilusión hasta la última, porque necesito tener todo pensado, que emociones quiero transmitir, en qué momento y cuanto quiero que duren.

Mi proceso de creación se basa principalmente en ¿Qué quiero conseguir?, para después pasar a la fase de ¿Cómo lo consigo?

- En su libro, hace referencia a la canción “Let it go”, que forma parte de la B.S.O de la película Frozen. Entre sus estrofas podemos encontrar: “los miedos que una vez me controlaban no pueden llegar hasta mí”. ¿Jorge, tiene algún miedo que haya superado, que nos pueda confesar?

Creo que todos hemos tenido miedo. Tener miedo no es malo, al contrario. Evolutivamente el miedo nos permite la supervivencia.

En mi caso, tenía el miedo de subirme a un escenario y ponerme a bailar, porque no soy el mejor bailando y me acuerdo de que en un festival en el que era el presentador con una chica, cuando repasamos el guion dijeron: “Los bailarines bailan al principio, luego sale la chica, que también baila y cuando hayan terminado de bailar, por último sales tú”.

En ese momento dije: “Pues yo también quiero bailar”. Ensayé con los chavales, a pesar de que eran infinitamente mejor que yo. Al final bailé, el público aplaudió a rabiar, porque era yo, aunque lo hice fatal.

Que quiero decir con esto, que al final hay que atreverse para ser capaz de vencer los miedos. Siempre había sido partidario de hacer aquello en lo que soy bueno, y dejar de hacer aquello en lo que no soy tan bueno y en esa ocasión ese miedo que tenía a bailar en público, lo superé. Tener miedo lo veo como una oportunidad para darte cuenta de donde tienes carencias.

Mi intención al recurrir a la canción “Let it go” era la de querer transmitir que hay cosas que conviene dejar pasar y que no hay que cargar permanentemente en nuestra mochila.

- Extremadura es cuna de grandes conquistadores. Valentía, ambición y una buena dosis de aventura era su denominador común. ¿Ha heredado el gen estos conquistadores?

Creo que sí he heredado algo de estos conquistadores. Sobre todo esas ganas de conocer un nuevo mundo, de aprender, de saber más, de ver con una mirada curiosa, de tener la inquietud de mejorar día a día …

Sinceramente, el seguir estudiando, mejorando, creando y diseñando cosas nuevas para ser cada día un poquito mejor, son ingredientes que me hacen feliz.

Y mejor, no quiere decir ser más reconocido profesionalmente. Mejor significa que me sienta bien con lo que hago. Tal vez suena egoísta, pero ya disfruto bastante con el aplauso de ochocientas personas en un teatro. No necesito más. Me siento súper querido. A partir de eso lo que tengo que tratar es de sentirme orgulloso de lo que hago cada día.

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