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Ficha técnica
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63- Baloncesto Sevilla: Woodside (7), Urtasun (6), Byars (11), Oriola (7), Hernangómez (5) -cinco inicial--; Berni Rodríguez (1), Thames (-), Porzingis (14), Radicevic (9), Balvin (3), Gallardo (-) y Watts (-).
94-Telenet Ostende: Marnegrave (4), Serron (7), Ponitka (13), Wilkinson (11), Boukichou (5) --cinco inicial--; Berggren (9), Muya (4), Gillet (15), Salumu (10) y Prince (12).
Parciales: 8-17, 18-28, 22-27 y 15-22
Árbitros: Jersan (Eslovenia), Juras (Serbia) y Collin (Francia).
Incidencias: 1ª jornada para el grupo L del "Last 32" de la Eurocup 14-15. 690 espectadores en el Palacio de los Deportes San Pablo (Sevilla), según estadísticas oficiales.
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Nada nuevo bajo el sol... o, mejor dicho, bajo el frío -hoy algo menos intenso- de San Pablo. El Baloncesto Sevilla, desnortado, desquiciado y con la moral por los suelos, ha comenzado su andadura en el Last 32 con una contundente derrota frente a los belgas del Telenet Ostende, que se ha paseado esta noche por el Palacio de los Deportes como Pedro por su casa.
Si Scott Roth -del que se duda, por muchas razones, de que llegue incluso al partido del domingo frente al Gipuzkoa Basket- pensaba utilizar la Eurocup como torneo de evasión de la dura realidad de la Liga Endesa, queda claro que la participación de su equipo en la segunda ronda de la competición le puede salir muy "rana". Más aún con el pulso -en plan "harakiri"- echado al club, primero con el quinteto colocado durante el último cuarto, con el partido más que decidido; y segundo, con la incendiaria comparecencia de prensa en la que ha arremetido contra todos, menos contra sí mismo. Empezando, sin nombrarle eso sí, por el propietario Jeffrey Meythaler; y dejando entrever que Galilea, director deportivo y general, no es actualmente sino una especie de monigote, sin voz ni voto que valgan a la hora de controlar la ¿planificación? deportiva. Ostende, sin esfuerzo alguno Pero vayamos al partido en sí. Y es que desde el primer cuarto se vio muy claro que el Ostende, sin necesidad de hacer gran cosa, se acabaría llevando el partido de calle.
Los belgas, haciendo lo justito, cogieron rápidamente ventajas superiores a los diez puntos, encenciendo un día más los ánimos de los poquísimos fieles que se han dado cita esta noche en San Pablo, cada vez menos. 690, más concretamente, según la estadística oficial de la Eurocup; muchos menos según la visión real de las cosas; diríamos que ni 300. Sin necesidad de defender fuerte -porque los locales ya se encargaban de malograr sus ataques con triples errados o tiros forzados y mal seleccionados-, y con una decente efectividad, el Telenet Ostende empezó a marcharse en los primeros diez minutos; y en el segundo cuarto, con los aleros Gillet, Salumu y Prince acertados desde el exterior, sentenciaron el choque. La renta avanzó hasta los 23 puntos de máxima (22-45, min 18), con una jugada significativa de lo que estaba sucediendo: taponazo sufrido por un Byars que contaba ya en su mente con una canasta clara, contraataque y triple de Wilkinson, el séptimo de su equipo hasta el descanso largo. La jugada, como no podía ser de otra forma, despertó las iras de los fieles sevillanos, los de la Peña La Keka, que dieron rienda suelta a su ironía con el grito tan claro como significativo de "Galilea, salta al campo y juega tú", quizás sin saber que el ex base de Barcelona y Real Madrid entre otros, según Roth, no es sino una marioneta puesta ahí por Meythaler, vaya usted a saber por qué razón. Los dos últimos cuartos han sido, para todos menos para el Telenet Ostende, un auténtico suplicio. Con los jugadores del Baloncesto Sevilla frustrados y Roth pidiendo tiempos muertos a deshora, los contadísimos espectadores prorrumpieron, esta vez todos ellos, en su tradicional grito solicitando la marcha del técnico norteamericano, especialmente cuando la ventaja belga llegó a los 30 puntos (40-70, min 28) tras un nuevo triple de Gillet. Y para culminar la noche... Watts Y, por si faltaba algo para la "fiesta", Roth decidió dar ingreso en cancha en los minutos finales a Gallardo, Thames... pero, sobre todo, al pitorreado Dane Watts que, para más inri, se tomó su entrada con mucha calma, tardando lo suyo en quitarse el chándal, probablemente con una indignación más que visible merced, con perdón, al "marrón" que su técnico le estaba haciendo comerse en un partido que todo aquel relacionado con el Baloncesto Sevilla estaba deseando que se terminase lo antes posible. Dos clamorosos fiascos -Thames y Watts- traídos por Meythaler -de los que el técnico no tiene culpa alguna, según él-; y el más inexperto -Gallardo- de los muchos jóvenes que hay en la plantilla; lo que tampoco es culpa suya. ¿Casualidades? El esperpento terminó con 63-94. El domingo, nuevo plebiscito casero ante el Gipuzkoa Basket... ¿con Roth como "utillero-entrenador"? Veremos, porque esta noche, con el resultado y su actitud general, no cabe dudas de que ha comprado una gran cantidad de papeletas -casi todas, por no decir todas directamente- para no llegar el fin de semana.
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