“Tras los duros meses de confinamiento hemos observado un incremento muy significativo de las consultas sobre trastornos de erección que están padeciendo varones que nunca antes los habían sufrido”, ha declarado el Dr. Bartolomé Lloret, urólogo del Hospital Vithas Medimar.
Según haya sido el origen de la disfunción eréctil, puede clasificarse en orgánica, si se trata de aquella en la que las alteraciones de la erección han sido provocadas por factores físicos, y psicógena, aquella cuyo origen son las alteraciones psicológicas.
“Llegar a conseguir una vida sexual completa y duradera, pasa por realizar un esfuerzo personal constante que nos permita mantener el equilibrio mente-cuerpo”, explica el urólogo.
“La relación sexual no solo implica estar físicamente preparado sino también emocionalmente dispuesto para conseguir activar los mecanismos físicos (neurovasculares y hormonales) que den lugar a la erección”, asegura el Dr. Lloret.
Situaciones que pueden alterar la erección Depresión: la excitación sexual empieza en el cerebro. La depresión puede disminuir, incluso anular el deseo sexual pudiendo llevar a una disfunción eréctil severa. “Irónicamente, muchos de los medicamentos que utilizamos para tratar la depresión pueden dificultar el conseguir que una erección sea eficaz”, conviene consultar estos efectos con el médico.
Alcohol: la ingesta continuada de alcohol, o bien un exceso del mismo, va a dar lugar no solo a trastornos en la eyaculación sino también a una falta de rigidez, de potencia, que conducirá, sin duda, a un fracaso en la relación sexual. “A largo plazo provocará lesiones hepáticas, neurológicas, hormonales que serán irreversibles y que ya no podremos solucionar; la atención preventiva es muy importante”, indica el especialista.
Medicamentos: son muchos los medicamentos que pueden alterar la erección: hipotensores, diuréticos, ansiolíticos, analgésicos, etc. “Conviene recordar cuándo se iniciaron los problemas para mantener la erección y si estos ocurrieron al empezar a tomar algún medicamento”, advierte Lloret.
Estrés, mal humor: “es muy difícil mantener la estabilidad adecuada para conseguir establecer una relación sexual placentera cuando uno está sobrecargado de responsabilidades en el trabajo o en casa. Combatir el estrés modificando el estilo de vida, la dieta, haciendo ejercicio regularmente, durmiendo las horas adecuadas no solo será un seguro de salud para el corazón, también lo será para salud sexual”, añade.
Exceso de peso: el sobrepeso va a perjudicar la capacidad de mantener relaciones sexuales, no solo porque disminuye la autoestima y la confianza en uno mismo, sino porque altera los niveles hormonales (testosterona), imprescindibles para mantener la libido y la tensión muscular. También será causa de hipertensión, diabetes, fatiga, etc.
Libido: “podemos definirla como las ganas, la apetencia, el interés que tiene la persona por relacionarse sexualmente con otra. Tener la libido baja no significa padecer una disfunción eréctil. Muchos varones son capaces de tener erecciones normales, pero no hay nada que les estimule a tenerlas. La pérdida de la libido puede ser debida a factores físicos o psicológicos”, explica.
Mala salud: padecer enfermedades como diabetes, hipertensión, obesidad, arterioesclerosis, hipotiroidismo, párkinson, afectará la salud. Los nervios, músculos y vasos sanguíneos que participan necesariamente del mecanismo de la erección se verán afectados y no responderán adecuadamente. “Es evidente que nadie busca la enfermedad, pero si podemos detectarla a tiempo conseguiremos disminuir los efectos negativos que esta produce”.
Drogas: “cada vez más jóvenes vienen a la consulta con problemas de disfunción y una de las causas más habituales es el consumo de drogas. No es un tópico que las drogas producen impotencia. Sustancias como la cocaína, el chocolate, las drogas de síntesis (pastillas), son probablemente la primera causa de trastornos en la esfera sexual del varón joven”, concuye.
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