Chitito es mi negrito, el morenazo de firme mirada y ojos de limón, el que me extrañó cuando me fui una semana a La Coruña para olvidarme de todo, las palabras, las obras, los edificios de mi contorno, la rutina. Te quiero mi gatito.
Y hoy sigo buscando a mi pajarito que voló y que creo murió un día de nieve, le pido perdón, le pido una señal, le pido a Dios que le tenga a su lado.
Y comiendo arroz en ocasiones estoy, esperando el momento de amor entre iguales. Pero si de momento mi marido es la pluma y el papel, a ellos debo ser fiel y a ellos debo corresponder.
Y luego de leer esto creerás que soy buena persona. Y no es del todo así.
No lo soy, no no no, he robado y he matado a los que me hicieron daño, fue tanto el deseo que no sé si fue real o un producto de mi imaginación. Pero no quiero fracasar en el... amor.
He fumado, y no lo hago ahora porque lo dejé a tiempo. He mentido, aunque la sinceridad es mi vestido más viejo y usado.
Así pues, tuve malos sentimientos también. Porque hoy por hoy, no hay nadie que podamos catalogar de realmente bueno.
Gracias por leer lo que escribo.
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