Diagnóstico, presupuesto y hoja de ruta. Son tres elementos clave con los que ya cuenta España para abordar los retos que supone la crisis actual derivada de la pandemia de Covid-19 y los desafíos que presentará de cara al futuro. España ya tiene definido hacia dónde quiere ir y cómo hará para llegar a ese punto. Innovación para impulsar la productividad. Esta es la estrategia que implementará el gobierno para aumentar la competitividad de compañías e industrias, con el fin de reactivar la economía española tras las crisis.
Pero España no irá sola en este camino. La seguirán también sus pares, el resto de los países del bloque de la Unión Europea que haciendo uso del presupuesto a largo plazo de la UE, junto con la iniciativa Next Generation EU, trabajarán en la reconstrucción de una Europa que busca ser más ecológica, digital y resiliente. Esto, con el objetivo de incrementar la competitividad global del bloque y alcanzar el liderazgo en digitalización a nivel mundial.
España tiene mucho que ofrecer en términos de conocimiento y experiencia en digitalización. Aunque el camino que recorrerá en sintonía con sus pares europeos, le permitirá también nutrirse de las buenas prácticas de sus vecinos. Como el liderazgo de Finlandia, Alemania, Hungría e Italia en la preparación de redes 5G, o por ejemplo, la sólida estrategia que les ha permitido a Finlandia, Suecia y Estonia destacarse en los indicadores de capital humano. Un apartado en el que España debe poner atención, ya que según el Índice de la Economía y la Sociedad Digitales (DESI) 2020, el país se encuentra por debajo de la media europea en estos indicadores. Un punto importante, pero que no le ha impedido a España situarse a la cabeza de los países europeos en materia de digitalización.
En general, los indicadores demuestran que España se encuentra en un buen punto de partida. De hecho, según el DESI, se encuentra entre los países con la progresión más significativa en los últimos cinco años. Sin embargo, las autoridades españolas ya han puesto en marcha planes y estrategias destinadas a consolidar aún más esa posición al superar las limitaciones actuales. A esto mismo se ha referido Carme Artigas, Secretaria de Estado de Digitalización e Inteligencia Artificial, quien ha asegurado que la pandemia ha sacado a la luz las brechas digitales del país.
Según Artigas, “durante el confinamiento, unos 700.000 hogares no podían facilitar la educación online a sus hijos por no disponer de un ordenador y una conexión a internet”. Es por ello que el gobierno prevé una inversión total de 583 millones de euros del presupuesto de la Agenda ‘España Digital 2025’ para garantizar la conectividad digital adecuada al 100% de la población. Esto con el fin de disminuir la brecha digital entre zonas rurales y urbanas. “La digitalización solo se puede hacer poniendo a las personas por delante”, asegura Artigas, reafirmando el compromiso de España que busca continuar en una posición de vanguardia internacional en la protección de los derechos de la ciudadanía.
Pero antes de hablar del futuro, también es importante analizar el caso de España y su camino recorrido que le ha permitido tener herramientas fundamentales al alcance de la mano durante esta crisis. Las cifras mencionadas por Artigas, serían aún más alarmantes, de no haber sido por los importantes progresos alcanzados en los últimos años. Uno de ellos tiene que ver con la consolidación de una fuerte estructura de telecomunicaciones.
Recordemos que, al principio de la pandemia, el gobierno español firmó el Pacto de Conectividad con las principales empresas de telecomunicaciones que operan en el país. Mediante este acuerdo, las operadoras se comprometieron a garantizar la conectividad en un momento crítico para hacer frente al impacto económico y social del Covid-19. Por ejemplo, al garantizar el funcionamiento de las redes que dan soporte a los servicios de emergencia.
Ahora, con la mirada puesta en el futuro, España ha trazado una nueva hoja de ruta basada en el cumplimiento de la Agenda Digital 2025 y en un importante aumento de la inversión que llega en parte, del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia de la Unión Europea. El 33% de los fondos de este plan previstos para el período 2021-2023, será destinados a la digitalización. Esto con el fin de reducir las brechas digitales que quedaron en evidencia en el DESI.
Para demostrar hasta qué punto la digitalización será central en el plan de recuperación económica, el Ministerio de Asuntos Económicos y Transformación Digital invertirá el año próximo 4.230 millones de euros en digitalización y telecomunicaciones. Es decir, seis veces más que la asignación de 2020. El objetivo es garantizar la implementación de la agenda digital, a través de una inversión de 3.750 millones de euros en 2021 que se destinarán a áreas claves como conectividad, 5G, ciberseguridad, digitalización de la administración pública, entre otras.
Así como España está organizando su estrategia digital a corto y largo plazo, el resto de los países europeos están haciendo lo propio. La unidad que trae el Plan de Recuperación Europeo al reunir a todos los miembros bajo un mismo paraguas en términos de estrategia e inversión, deberá ser aprovechada para que todos los socios comunitarios unan sus fuerzas. Es decir, trabajar en sus propios objetivos, también sacando provecho de la experiencia de sus vecinos, pero sin perder de vista el fin común: consolidar un bloque sólido que pueda competir a nivel internacional en digitalización.
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