La visita del Khimki en los cuartos de final de Eurocup en la segunda noche grande de las Fallas era el mejor aperitivo para seguir la fiesta de la pólvora, aunque no se llegó al lleno de hace un año contra el Alba de Berlín, pero por poco acaba con el Valencia Basket envuelto en llamas. Un último cuarto primoroso de Luke Harangody evitó que los taronja viajaran a Rusia con la eliminatoria prácticamente pérdida.
Desde el arranque del choque Valencia Basket tuvo claro que pasara lo que pasara en ataque, la receta imprescindible para aspirar a un buen resultado pasaba por la solidez defensiva. Pero también desde el inicio, los de Carles Duran mostraron que las pérdidas de balón se convertirían en una verdadera pesadilla. De hecho al descanso el número de balones pérdidos ya era de 11, algo que en todo momento aprovechó el conjunto de Rimas Kurtinaitis.
El Khimki, aupado en la velocidad de su perímetro y la solidez dentro de Augustine y Paul Davis, empezó dominando el ritmo del partido a su antojo. Tan sólo la agresividad defensiva de los valencianos impedía males mayores. Eso fue hasta que llegó el festival anotador de Tyrese Rice que, con 13 puntos en apenas cinco minutos, taponaba cualquier intento de reacción local. El factor Rice, junto con las sangría de balones pérdidos, llevó al equipo moscovita a dar el primer tirón en el marcador (27-36) en los estertores del segundo cuarto.
La receta defensiva taronja volvía a surtir efecto y los de Carles Duran devolvían la moneda con un parcial de 8-0 culminado con un triple de Sato (35-36). Pero era una de cal y otra de arena. El último minuto del segundo cuarto fue el mejor ejemplo de lo que era el partido. Una buena defensa, era seguida con una nueva pérdida que ni el Khimki ni Rice perdonaban para llegar al descanso con el 35-41 a su favor.
La reanudación no cambió el panorama del partido. La conexión entre Rice y Paul Davis seguía atormentando al conjunto taronja, al que por momentos parecía que las fuerzas y la fe le empezaban a fallar ante el despliegue físico moscovita. La renta se estiró hasta los diez puntos (40-50), con el equipo ruso jugando excesivamente cómodo. Sólo el acierto en el lanzamiento exterior y el control del rebote mantenían con vida a Valencia Basket.
La respuesta del conjunto ruso siempre llegaba de la mano de Tyrese Rice que, con sus penetraciones, se agigantaba cada vez más. Con la estrella norteamericana sentada en el banquillo, el equipo dirigido por Kurtinaitis obtuvo la máxima ventaja en el electrónico (47-59) mediado el tercer cuarto. La garra de los pupilos de Duran dio un poco de aire, pero la vuelta a escena del omnipresente Rice llevó a los taronja a encarar el último cuarto con una sensible desventaja (52-65).
Contra las cuerdas, Valencia Basket sacó su mejor versión en el último acto gracias a una defensa zonal que restó efectividad al equipo ruso y activó a los taronja gracias a un inconmensurable Harandogy que se puso el disfraz de salvador para anotar ocho puntos consecutivos claves. La Fuente de San Luís veía como su equipo, que iba 12 abajo a seis minutos del final, se colocaba a sólo un punto con los dos tiros libres de Van Rossom con un minuto por jugarse. Una canasta por elevación de Tyrese Rice llevó el 73-76 al marcador con 21 segundos por jugarse, momento en que Lucic dispuso de tres tiros libres, de los cuales sólo dos encontraron aro. Un mal menor que llevará a dilucidar el pase a semifinales en Moscú, tal y como sucedió hace un año, aunque en esta ocasión sin un colchón de 16 puntos.
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