Recuerdo aquellos años que estudiamos la Ética, como parte de una de las asignaturas más importantes del mapa educativo, la Filosofía.
Eran tiempos en los que se enseñaba Filosofía, reconociendo que era una asignatura con mucha transcendencia en el desarrollo personal, al tiempo que también era una de las asignaturas que se atragantaba por el exceso del “teoricismo”.
La Filosofía, sin embargo, impartida con unos esquemas básicos de raciocinio y un conjunto de conceptos de fácil conjugación, era una asignatura, cuyos cimientos de razonamientos básicos permanecerían siempre en los individuos.
“Razonar” es esencial para “afirmar”, para “negar”, para “elegir”, para “rechazar” y, sobre todo, es núcleo fundamental de una sana LIBERTAD.
Una de las cosas que más me influyó cuando tuve la suerte de estudiar con profesores, “MAESTROS”, fue el concepto de individualidad y, unido a él, los conceptos “del qué, por qué y para qué”. El individuo en el universo.
Hoy, casi ochenta años después, sigo entendiendo que el “raciocinio” es el fundamento para desarrollar conocimiento, el cual será completado con los conceptos de “percepción” y “experiencia”. Esos conceptos, siempre estarán, abrazados por la “ética”, dibujando, entre todos, el círculo de la libertad, que nos enseñará, como primera lección, que el principio y el fin siempre terminarán unidos y siempre preguntándose.
En la sociedad actual creo que falta una buena lección de “Filosofía sencilla e instrumental”, madurada durante todo el ciclo educativo. Si así fuera, entonces…
La calle, se llamaría convivencia; la palabra, generaría coloquio; las iniciativas, crearían grupos; la naturaleza, sería madre; la enfermedad, entendible, aunque no aceptada; el triunfo, un resultado y el fracaso, una consecuencia; la persona, uno más libre; la sociedad, un “campus social”; las lenguas, nunca serían herramientas selectivas sino caminos de entendimiento, acotados por el sentido común.
El concepto “ultra” sería desechado porque lo “natural” lo absorbería. El absolutismo quedaría obsoleto porque el individuo, como ser filosófico, dominaría toda la esfera de la convivencia. Todo lo expuesto es un horroroso resumen de la “FILOSOFÍA, como asignatura matriz de todo sistema educativo. Lo demás nos vendrá por añadidura… Si lo pensamos…
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