El retroceso, un tanto sorprendente, que sufrieron los rendimientos de los bonos estadounidenses la semana pasada junto a unos datos económicos muy fuertes impulsaron en líneas generales a los activos considerados de riesgo, incluyendo las commodities, las acciones y el crédito. Como era de esperar, esto no fue favorable para el dólar, que se depreció frente a todas las demás divisas del G10 y las principales monedas de los mercados emergentes.
La fortaleza de los precios del petróleo y del cobre está ayudando de forma particular a las divisas latinoamericanas y al rublo, que ha logrado resistir pese al anuncio de una nueva batería de sanciones por parte de EE.UU. contra Rusia.
El euro será el principal protagonista de la semana que comenzamos. El jueves habrá reunión del BCE; no se esperan cambios en sus políticas, y la atención se centrará una vez más en su comunicado, especialmente en lo que respecta al programa de compra de bonos soberanos del Plan de Compras de Emergencia para Pandemias (PEPP, por sus siglas en inglés). Por otra parte, el viernes se publicarán las encuestas PMI de abril sobre la actividad empresarial. Siendo unos de los indicadores más importantes de la actividad económica en la Eurozona, esta será la primera comprobación de rigor del incipiente repunte del euro.
GBP Los datos mensuales del PIB del Reino Unido fueron coherentes con las expectativas de una contracción en el primer trimestre, aunque los detalles fueron ligeramente mejores de lo que se esperaba. Los mercados pasaron por alto los datos más desfasados, y la libra esterlina cotizó en sintonía con el euro, apreciándose ligeramente frente al dólar americano gracias a la bajada de los rendimientos en Estados Unidos.
Esta semana, el ámbito laboral no debería afectar a los mercados, ya que no reflejará la reapertura de la economía británica. Más importantes serán los índices PMI de actividad empresarial del viernes y los datos del IPC del miércoles. El primero, en concreto, debería mostrar un buen repunte, reflejando las medidas de reapertura de abril.
EUR El retroceso de los rendimientos supondrá un respiro para el BCE en su intento de mantener las condiciones financieras en un nivel muy acomodaticio, y por ello no esperamos que haya cambios en el comunicado del BCE tras la reunión del jueves, en la que esperamos que Lagarde evada el compromiso de ampliar el Programa de Compras de Emergencias para Pandemias.
La publicación de los índices PMI del próximo viernes apuntan a ser el gran acontecimiento de la semana. Tras la sorprendente fuerza que mostraron el pasado mes, la mayoría de los especialistas esperan ahora un retroceso, aunque quizás las empresas ya estén pendientes del paulatino fin de las restricciones y confinamientos y podríamos tener una sorpresa positiva, lo que daría fuelle al reciente repunte del euro.
USD La tanda de impresionantes datos económicos en el país no han tenido el impacto esperado en los rendimientos de EE.UU., que de hecho han retrocedido y han dejado la rentabilidad del bono del Tesoro estadounidense a 10 años a sólo el 1,6%.
Ha habido sorpresas positivas en todos los ámbitos, como la inflación, las solicitudes de subsidio de desempleo, la vivienda y el gran salto de las ventas al por menor, lo que constituye otra señal de la fuerte demanda.
Sin embargo, el dólar ha caído por el aumento del apetito por el riesgo en todo el mundo y la bajada de los rendimientos. Esperamos que los datos de esta semana, en su mayoría de menor importancia, reconfirmen la solidez de la recuperación estadounidense. Los rendimientos en EE.UU. serán un comodín, aunque esperamos que la continuidad de sólidos datos impulse otra subida.
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