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El euro digital ya no es una idea, sino que cada vez lo tenemos más cerca. Todos los bancos, incluyendo el Banco Central Europeo (BCE), están intentando crear una moneda digital que sirva a los ciudadanos de la comunidad europea como un nuevo activo para compras y pagos.Y realmente puede cambiar muchas cosas de nuestra vida cotidiana, pero ¿realmente esto supone un cambio?
El mercado de divisas se está dando cuenta de un mayor riesgo político en Europa, del proteccionismo estadounidense y europeo, y de la divergencia en las políticas de los bancos centrales. Hay que prepararse para cambios tectónicos y esperar lo mejor.
En la segunda mitad del año, seguiremos vigilando la relación euro/dólar. En las últimas jornadas el euro ha perdido terreno y se halla batallando por la zona de los 1,07 dólares, pero habrá que tener en cuenta el principal factor: la relación entre los tipos de interés entre EEUU y Europa, que dependen de la inflación y de su capacidad para degradar el crecimiento y la actividad económica.
El IPC estadounidense de abril fue un poco más suave de lo esperado, y los inversores lo celebraron en todo el mundo, llevando a las bolsas a nuevos máximos históricos y vendiendo activos refugio como el dólar, que cayó frente a todas las divisas del G10 salvo el franco suizo.
Tras la consumación del Brexit, la hipotética salida de Alemania del Euro provocaría el finiquito de la Eurozona y la gestación de una nueva cartografía económica europea que supondrá el retorno a los compartimentos económicos estancos.
En los últimos tiempos, los fondos de cobertura han adoptado una postura cada vez más bajista en relación con el euro, justo antes de una decisión importante por parte del Banco Central Europeo (BCE). Los operadores especulativos han cambiado su posición neta de largos a cortos, mientras que los gestores de activos a largo plazo también han reducido sus posiciones netas largas.
La divisa había estado fluctuando a lo largo de la semana, pero las perspectivas de que los tipos de interés alcancen un máximo inferior al 4% sin que haya señales claras de que la inflación subyacente tiende a la baja pesaron sobre la divisa, y el resto de divisas del G10 le siguieron a la baja frente al dólar.
La inflación de la zona euro ha experimentado una caída sorprendentemente brusca hasta el 6,1% en mayo, por debajo del nivel del 7% de abril y del máximo del 10,6% de octubre. La inflación subyacente es ahora inferior a la de EE UU, lo que reducirá las expectativas de subidas de tipos del BCE, aunque es probable que el banco central suba los tipos en su reunión del 15 de junio.
Inquietud siempre y otros conmigo también. Lamento está situación y desearía escapar. Vine a inquietar y es que no vine, me mandaron. Y alrededor llega lo demás. Yo no lo decidí y quién lo hizo es ser de respetar porque lo haría de cualquier forma y ya está.
El 6 de octubre del 2022, la periodista Bárbara Distéfano publicó una entrevista con el destacado Profesor Steve Hanke, de la Johns Hopkins University en Baltimore, Maryland. El economista y exconsejero de Ronald Reagan compartió con el Diario CriptoNoticias algunas observaciones en relación con elimpacto del dólar en la economía y su fuerza frente al euro y la libra.
Tras la consumación del Brexit, la hipotética salida de Alemania del Euro provocaría el finiquito de la Eurozona y la gestación de una nueva cartografía económica europea que supondrá el retorno a los compartimentos económicos estancos.
"A las puertas de la reunión del BCE, donde se llevará a cabo la primera subida de tasas de interés tras más de una década con los tipos en mínimos históricos, la situación política en Italia tiene muy preocupados a los inversores. No debemos olvidar que Italia es la tercera economía más importante de la zona Euro".
La inflación de la eurozona se ha visto alimentada en las últimas semanas principalmente por el aumento de los precios de la energía y los alimentos, que han subido drásticamente desde la invasión de Ucrania. La región ya registró un récord del 5,9% en febrero, muy por encima del objetivo del 2% del Banco Central Europeo (BCE), y la mayoría de los economistas prevén nuevas subidas.
El gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, ha señalado que, en caso de que en el futuro el Banco Central Europeo decidiera crear un ‘euro digital’, éste “no pretendería sustituir al efectivo, sino simplemente complementarlo”.
Cada vez estamos más lejos de Dios y dentro de una Unión Europea que tiene poco que ver con la que Europa que soñaron aquellos políticos cristianos, con acuerdos puntuales sobre el carbón y el acero o la energía atómica. Adenauer, Schuman, Spaak y De Gásperi fueron una generación de políticos respetuosos que no se ha vuelto a repetir.
Esta semana el dólar americano ha continuado con su tendencia bajista, depreciándose levemente frente a todas las divisas del G10 -a excepción del dólar australiano-. Sin embargo, los movimientos han sido moderados, y la mayor parte tuvieron lugar en los mercados emergentes.
El retroceso, un tanto sorprendente, que sufrieron los rendimientos de los bonos estadounidenses la semana pasada junto a unos datos económicos muy fuertes impulsaron en líneas generales a los activos considerados de riesgo, incluyendo las commodities, las acciones y el crédito. Como era de esperar, esto no fue favorable para el dólar, que se depreció frente a todas las demás divisas del G10 y las principales monedas de los mercados emergentes.
La venta de bonos estadounidenses ha disminuido y los rendimientos de los bonos del Tesoro parecen estar por ahora limitados en un rango, con la rentabilidad a 10 años oscilando entre el 1,60% y el 1,75%. El dólar ha tenido una semana irregular, retrocediendo frente a todas las divisas del G10.
En una semana más corta de lo habitual por los festivos de Semana Santa, los activos de riesgo han seguido subiendo -encabezados por las acciones estadounidenses- ignorando la clara tendencia alcista a nivel mundial de los tipos. El sólido informe de nóminas en EE.UU. no ayudó al dólar, que se depreció frente a todas las demás divisas del G10. Las monedas de los mercados emergentes, encabezadas por la lira turca, han seguido la misma tendencia, aunque casi todas las principales lograron registrar ganancias superiores al 1% durante la semana.
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