Alguien me ha contado que los mexicanos se quejan diciendo que cada día están más lejos de Dios y más cerca de los Estados Unidos. Aquí en España me quejo también de que cada vez estamos más lejos de Dios y dentro de la Unión Europea que paso a paso nos va imponiendo sus ideas “progres”: aborto, eutanasia, ideología de género y otras abominaciones por el estilo. Hasta el momento el único país que se ha resistido es Hungría y corre el riesgo de ser expulsado de un club tan exigente y con tanto poder.
Esta Unión Europea tiene poco que ver con la que Europa que soñaron aquellos políticos cristianos, con acuerdos puntuales sobre el carbón y el acero o la energía atómica. Adenauer, Schuman, Spaak y De Gásperi fueron una generación de políticos respetuosos que no se ha vuelto a repetir.
Cuando los dirigentes de la UE decidieron establecer una moneda única resultó lo que dijo Rothschild en su tiempo: "Dejadme controlar la moneda y poco me importarán las leyes". Así entramos en el siglo XXI con el euro, aunque el Reino Unido y alguno más no lo aceptaron y continuaron con sus propias monedas.
El paso de la peseta al euro recuerdo que se facilitó repartiendo entre los ciudadanos maquinitas para convertir pesetas a euros y euros a pesetas y quedamos muy sorprendidos cuando en la cafetería un café pasó de costarnos 100 pesetas a tener que pagar un euro cuya equivalencia era 168 pesetas. ¡Menuda subida! Y un hermoso billete de 1000 pesetas se reducía al cambio a 6 míseros euros.
Los billetes en euros firmados durante mucho tiempo por Mario Draghi y ahora por Úrsula van der Leyen, tienen como motivos puentes y ventanas y la cabeza de Europa que puede verse al trasluz. Las monedas, la calderilla, son desde 2€ a 5 céntimos y cada país decide los motivos de anverso y reverso. Con ellas puedes llenar tu monedero, pero no te servirán de mucho.
Con motivo de la pandemia la UE ha anunciado a bombo y platillo que hará llegar dinero a los países en dificultades. No se trata de ningún regalo sino de deuda que tendremos que devolver, nosotros o nuestros descendientes.
Quizás convenga recordar la crisis griega con Tsipras y Varuofakis que tuvieron que reducir las pensiones de sus mayores para controlar gastos por orden inapelable de la UE. ¿Puede pasarnos algo similar?
La ONU, que nació después de la última guerra mundial, hizo una declaración solemne de los derechos humanos que tituló de Universal. Su altisonante artículo primero que proclamaba que todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos no pasa de mera palabrería pues entre ricos y pobres no parece que se hayan acortado las distancias.
El artículo segundo tampoco parece que se esté cumpliendo, pues la libertad religiosa está siendo combatida con sañay el tercero que dice que todo individuo tiene derecho a la vida es precisamente la ONU y sus Agencias y organismos los que promueven el aborto, la transexualidade incluso el transhumanismo.
Así podíamos ir revisando esta declaración de la ONU que, al igual que la Unión Europea, quieren imponernos el Nuevo Orden Mundial (NOM) que avanza imparable de la mano conjunta del neo-marxismo y el capitalismo, para “salvar el planeta”.
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