De las multas en Cataluña a la anulación de la regulación de precios de Berlín por el constitucional alemán. Según Eduardo Molet, la situación europea del mercado inmobiliario de alquiler, especialmente el español, pasa por momentos decisivos. El consultor sostiene que la mejor regulación de precios de este activo inmobiliario es la que proporciona el propio mercado.
Hace más de un año que en España el mercado inmobiliario del alquiler vive bajo la sombra de una regulación anunciada de forma recurrente por el gobierno de coalición. La realidad es que, ante esta incertidumbre política, la vivienda en alquiler pasa por un momento decisivo para su futuro, aunque estas tensiones ya están teniendo sus efectos: en lo que va de año, los precios de los alquileres han descendido en los dos últimos años un 18%, especialmente en las grandes ciudad, como Madrid o Barcelona, pero lo más preocupante es que los propietarios tardan cada vez más en encontrar inquilinos.
“La incertidumbre en el sector está provocada por diversas causas. Por ejemplo, la situación económica actual no ayuda, lo que provoca que haya una menor demanda. Pero lo que más está afectando actualmente es el miedo a una regulación de precios, que está frenando a muchos propietarios para sacar al mercado sus viviendas”. El consultor inmobiliario Eduardo Molet pone como ejemplo lo ocurrido recientemente en Alemania, donde su tribunal constitucional acaba de anular la polémica regulación de precios de la ciudad de Berlín. “Aunque el daño al mercado del alquiler ya esta hecho: en la capital alemana los precios se hundieron, cayendo hasta un 35%. Y eso, lejos de incentivar el alquiler, provocó el efecto contrario: la oferta de vivienda se desplomó, los propietarios no querían alquilar o invertir en reformas para poder hacerlo, y cada vez era más difícil encontrar un piso en alquiler”.
Eduardo Molet teme que en España acabe pasando lo mismo si se regulan los precios a nivel estatal. “En Cataluña ya han anunciado que empezarán a multar a los propietarios de viviendas que fijen precios de alquiler por encima del índice de referencia. Al final, el resultado de todo esto será que desaparezca del mercado una parte muy importante de la oferta, y que se deteriore el parque que quede: pisos sin reformar y para los que cada vez será más difícil encontrar inquilinos”. El mejor control de precios que existe es el del propio mercado, que se regula solo, asegura el consultor. “El equilibrio entre la oferta y la demanda se alcanza en mejores condiciones cuando el control gubernamental es menor. En nuestro sistema es como mejor funciona”.
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